Se construyó en 2012 y costó cerca de 150.00 euros, pero a las ardillas esta cifra no parecía importarles, pues han tardado casi una década en utilizar de manera habitual el puente que el Ayuntamiento de la ciudad holandesa de La Haya les construyó para que no tuvieran que cruzar la carretera que cruza la conexión entre el bosque de Haagse Bos y el parque Clingendael.
Un tiempo que para los detractores del puente supone el fracaso del proyecto pero que, tanto para el Ayuntamiento como para los ecologistas es "prudencial", ya que demuestra que los animales han aprendido a utilizar esta infraestructura humana en su propio provecho. “Los animales han aprendido dónde está el puente y es una buena noticia para la salud de estas poblaciones”, señala en un comunicado el consistorio de La Haya.
Solo en 2021, las cámaras que se instalaron en el puente “captaron no menos de 263 cruces por parte de las ardillas, y 170 de las martas; ha llevado años, pero podemos calificarlo de un gran éxito”, asegura en la misma nota la ecóloga municipal, Esther Vogelaar. Cada animal tiene sus rutinas, lo que demuestra para los ecologistas que han sabido adaptar esta construcción a sus vidas. Las ardillas suelen cruzar durante el día entre los meses de agosto, septiembre y principios de octubre, cuando están almacenando comida para el invierno, mientras que las martas suelen utilizarlo por la noche. Aunque, de vez en cuando, también hay visitantes inesperados como una lechuza que fue captada hace poco haciendo uso del puente.
Se captaron no menos de 263 cruces por parte de las ardillas, y 170 de las martas; ha llevado años, pero podemos calificarlo de un gran éxito
Ecoductos en todo el mundo
Esta idea de crear pasos para que los animales no sufran los peligros de las carreteras no es pionera de Holanda, sino que se practica en decenas de países del mundo. En una rápida búsqueda por internet podemos encontrar ecoductos en países como Singapur o la Isla Navidad, en Australia, donde han creado puentes y pasadizos subterráneos para que se muevan los cangrejos. En Filandia hay túneles para pingüinos y en Brasil hay plataformas de cuerdas instaladas por encima de las carreteras para que puedan cruzar las cotorras y los monos.
Pero sin duda, el más exitoso de todos es el que cruza por la Interestatal 80 a su paso por Utah, que cada año es cruzado por decenas de animales en Estados Unidos entre los que hay osos, alces, castores e incluso puercoespines.