Aunque ahora la pandemia que nos preocupa es la causada por un virus, los expertos llevan años advirtiendo de lo que ellos califican como "una pandemia silenciosa", y que en el mundo ya se cobra más vidas que otras enfermedades más conocidas como el SIDA, la malaria o incluso algunos cánceres de las vías respiratorias. Así lo ha revelado un estudio publicado en la revista The Lancet sobre las superbacterias, microorganismos que son resistentes a los antibióticos tradicionales.
Según los datos recogidos en 204 países de todo el mundo, estas bacterias se cobran la vida de 1,2 millones de personas cada año, y se estima que dentro de tres décadas esta cifra aumentará hasta los 10 millones, tres veces más que la estimación de mortalidad del Covid-19 en 2020. Pues lo más preocupante de este estudio es que en la actualidad no hay cura para las infecciones letales que provocan estos organismos. "Tenemos que actuar ya contra esta enorme amenaza", advierte Chris Murray, coautor del estudio e investigador de la Universidad de Washington.
Hoy en día solo existe una vacuna para una de la muchas superbacterias que se han identificado y que, gracias a la evolución, han conseguido hacerse inmunes contra los antibióticos humanos más comunes como la penicilina. Entre las causas de esta inmunidad está el uso indiscriminado de estos por parte de la población general, que los utilizaba hasta para curarse un resfriado, además de su inclusión en la comida del ganado para fomentar su engorde y evitar enfermedades.
Solo en 2019, las enfermedades causadas por estas bacterias fueron la tercera causa de mortalidad en todo el mundo, solo por detrás de las enfermedades coronarias y los ictus. De hecho, las formas más comunes en las que se presentan estas infecciones son enfermedades en las vías respiratorias, causantes de 400.000 defunciones al año, infecciones de la sangre, con 370.000 muertes y las que afectan al abdomen, 210.000 fallecimientos.
Lo más preocupante de este estudio es que en la actualidad no hay cura para las infecciones letales que provocan estos organismos
Tal como revela el estudio, los niños son uno de los sectores de población más afectados por esta "pandemia silenciosa", ya que los menores de cinco años suponen el 20% de las muertes causadas por superbacterias, pues suelen tener más contacto con el suelo, se llevan cosas que no deberían a la boca, y su sistema inmune todavía no está lo suficientemente desarrollado.
Sin cura todavía pero con esperanzas en los fagos
Uno de los principales problemas es que la gran mayoría de estas superbacterias no se pueden eliminar del cuerpo humano con los antibióticos a los que puede acceder la población general, sino que estos casos deben ser tratados en los hospitales con medicamentos mucho más fuertes que deben ser suministrados por vía intravenosa. Y hay ocasiones en los que ni siquiera estos funcionan.
De hecho, una de las terapias que mejores resultados está dando es la introducción de virus macrófagos que se alimentan de las bacterias dentro del organismo del paciente. Una solución que le ha funcionado a una mujer belga que con una infección en la sangre llevaba meses postrada en una cama de hospital y que ahora ha conseguido hasta volver a andar gracias a la actuación de un fago.
Una terapia prometedora pero a la que todavía le falta un largo recorrido, pues se ha de encontrar al virus específico que acaba con cada tipo de superbacteria para que esta funcione. En España, ya hay un grupo de científicos que están trabajando en esta línea, mientras que la OMS ya ha consolidado un equipo de trabajo, del que forma parte el veterinario y microbiólogo de la Universidad Complutense de Madrid, Bruno González Zorn, para crear una lista de antibióticos esenciales para la salud humana cuyo uso se blindaría para evitar que las bacterias desarrollen inmunidad.