Menos mal que no nos habíamos enterado de que el presidente ruso tenía la llave de oro de Madrid hasta que se la han quitado, porque, sinceramente, no podría haber dormido tranquila sabiendo que Putin podía entrar en la capital sin llamar siquiera a la puerta.
Evidentemente esto es un exageración. Lo de la llave de oro es algo meramente simbólico que ostentan decenas de dirigentes internacionales que han visitado nuestra capital y de la que seguramente nunca harán uso. Más que nada, porque no hay una puerta que se pueda abrir con ella (recuérdese que las Puertas de Alcalá y de Toledo son solo arcos, sin hoja que impida el paso a nadie, ni siquiera a Putin).
Según el artículo 14 del Reglamento de Protocolo y Ceremonial del Ayuntamiento de Madrid, "la Llave de Oro de la Villa se concederá a todos los jefes de Estado extranjeros que visiten oficialmente el Ayuntamiento". Lo que no queda muy claro en el texto es si la distinción en personal o se hace como un agradecimiento del pueblo de Madrid y del Estado Español al pueblo que representan.
En todo caso, como acto simbólico, el Ayuntamiento, a petición de Más Madrid, ha decidido esta semana retirarle el reconocimiento que le dio Gallardón a Vladimir Putin en marzo de 2006, y el único grupo que ha votado en contra (por aquello del reconocimiento al pueblo que representa) ha sido VOX.
Es una manera de conseguir que el alcalde de turno se vea con el presidente de turno, se haga una foto y la ponga en su despacho demostrando lo importante que es
En todo caso, no creo que la distinción a Putin fuese algo que se le hiciese a él por su arrolladora personalidad, su gran aportación a España (pese a que veranee en levante) o por cualquier otro motivo personal. Se le distinguió como presidente de Rusia dentro de una visita oficial. No es que me parece mal que se le retire, al fin y al cabo es un acto simbólico también su concesión. Pero tampoco creo que cambie nada.
Soy consciente de que la política tiene una gran parte de "paripé", de hacer ver cosas que no son nada o vender humo en muchas ocasiones. Que hay actos simbólicos que no tienen gran cosa detrás, y me parece que es un error. No estoy en contra de los protocolos, de la pompa ni de la circunstancia que visten ciertos actos, pero creo que ese "teatro" tiene que tener algo detrás. Si se da una llave a todo dirigente extranjero que venga en visita oficial, la llave pierde cierto valor, pero tengamos en cuenta que es una manera de conseguir que el alcalde de turno se vea con el presidente de turno, se haga una foto y la ponga en su despacho demostrando lo importante que es y ya sabemos lo que les gusta a los políticos la foto (y malo al que no le gusta...)
No sé si la llave es de oro de verdad y el precio que valdrá, y no creo que le manden una carta oficialísima al gobierno ruso para exigir su inmediata devolución, así que lo mismo la empeña y compra un par de granadas con lo que le den. Pero bueno, de todas formas, Gallardón no tiene por qué quemar la foto con Putin porque le hayan retirado la llave, igual lo hizo ya hace muchos años.