Los convocantes de la gran marcha de Madrid por la Sanidad Pública afirman que más de 650.000 personas protestaron en las calles de la capital contra los planes del gobierno regional en la sanidad de la región. La delegación del Gobierno cifró la asistencia en unas 200.000 personas. Y el portavoz del PP en la Asamblea de Madrid llegó a decir que la convocatoria fue un rotundo fracaso por la que debería dimitir la líder de la oposición Mónica García.
En cualquier caso, lo cierto es que un problema que hasta ahora había sido de confrontación política entre los principales partidos madrileños salta a la calle y toda la ciudadanía se preocupa ya por lo que ocurre con lo que empezó como un plan de reestructuración de las urgencias extrahospitalarias y se ha convertido para muchos en el enésimo ataque a la sanidad pública y otro intento más de privatizar servicios básicos para nuestro modelo de Estado del Bienestar.
Aunque lo de ayer era una convocatoria que quería huir del trasfondo político, los principales partidos de la izquierda madrileña estuvieron allí alentando y apoyando a los manifestantes. Mónica García, de Más Madrid; Juan Lobato, del PSOE; o Alejandra Jacinto, de Unidas Podemos, marcharon junto a los convocantes junto a alcaldes y alcaldesas, concejales, diputados regionales, representantes sindicales… y personas famosas como Pedro Almodóvar.
Para Mónica García, la asistencia de 600.000 personas protestando contra la gestión del PP es más que suficiente para que la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, cese a su consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero. O que dimita. “Es maravilloso volver a ver Madrid levantarse contra quienes quieren desguazar nuestra sanidad”, afirmó García que hablaba de “día histórico” y de “orgullo de Madrid”.
Para el secretario general de los socialistas madrileños, Juan Lobato, la Comunidad de Madrid “tiene la obligación de escuchar con atención y respeto a las familias y profesionales sanitarios” y señaló que “da igual lo que pienses o votes, hoy la cosa va de seguridad y la tranquilidad de las familias” que ahora mismo no saben “a qué centro acudir” cuando se les presente una urgencia médica.
Alejandra Jacinto, de Unidas Podemos, manifestó que “empieza el cambio en Madrid, los madrileños y madrileñas se han levantado y han dicho basta ya. Hoy estamos haciendo una moción de censura ciudadana que va a traer el cambio a Madrid”.
Cuatro bulliciosas columnas de personas partieron desde Nuevos Ministerios, Atocha, Ópera y el Hospital de la Princesa y recorrieron las principales arterias de la capital para confluir en la Plaza de la Cibeles
Desde las 12:00 de la mañana del domingo, cuatro bulliciosas columnas de personas partieron desde Nuevos Ministerios, Atocha, Ópera y el Hospital de la Princesa y recorrieron las principales arterias de la capital para confluir en la Plaza de la Cibeles donde se produjo la fotografía que buscaban los convocantes y los partidos de la oposición: una marea ciudadana de gente protestando por la situación de la sanidad madrileña y protegiendo el trabajo de los profesionales sanitarios. Se oyeron gritos de “Ayuso dimisión”, “sanidad pública” o “menos discursos y más recursos” en una manifestación donde no faltaron pancartas de todo tipo con mensajes más o menos ingeniosos y un gran cabezudo de Isabel Díaz Ayuso llamado “la pinocha”.
Ya en Cibeles los organizadores leyeron un manifiesto y guardaron un minuto de silencio por los fallecidos en las residencias de ancianos durante los meses más duros de la pandemia.
Esta gran movilización ciudadana no será la única protesta de las próximas semanas y los próximos meses ya que los sindicatos de médicos y enfermeros tienen programados paros en la Atención Primaria para, además, exigir mejoras laborales ante la situación en la que se encuentran.
Todas estas protestas son el resultado de la decisión de la Comunidad de Madrid de convertir los Servicios de Urgencias Rurales y los Servicios de Urgencias de Atención Primaria en Puntos de Atención Continuada. Pero se pasa de cubrir los 80 nuevos puntos de atención con el personal que antes trabajaba en 40 y el caos llegó desde el primer día, con puntos en los que no había médicos, o faltaban material o ni siquiera se pudieron abrir. Para solucionar el problema, Ayuso reaccionó decidiendo que allí donde no hubiera médico se podría recibir atención a través de una videollamada.