A sus 19 años, el piloto Miguel García, campeón de Madrid de Karting y Slalom y con otros triunfos en su trayectoria, aspira -con muchas papeletas para conseguirlo- a representar a España en la segunda edición los FIA MotorSport Games, conocidos como los juegos Olímpicos del Automovilismo, que volverán a celebrarse del 26 al 30 de octubre en el Circuito de Paul Ricard y los alrededores de Marsella. Se trata de un formato de competición que engloba hasta 17 especialidades diferentes, entre las que podemos encontrar las disciplinas de GT, turismos, karting, drifting, car cross o resistencia. Miguel participaría en la modalidad de autoslalom -prueba de habilidad en un circuito marcado con conos- junto a su compañera Jessica Lorenzo, dado que se trata de un evento mixto que suma los tiempos de ambos pilotos para determinar el resultado final.
La Federación Española de Automovilismo debutará este año con un equipo nacional que luchará por hacerse con la victoria, y cuya selección final se comunicará en el mes de septiembre. Esta ocasión supone una gran oportunidad para mostrar el talento de los deportistas de la delegación: "Yo siempre he soñado con representar a mi país en una competición internacional; en los últimos años no se podía hacer porque a nivel mundial o europeo se enfocaba más a defender al equipo o marca, y es una experiencia a la que calificaron de inolvidable los pilotos que acudieron a la anterior edición, me hace especial ilusión", sostiene. Mientras tanto, Miguel prosigue con su entrenamiento: "ya se ha presentado el palmarés de los pilotos, y nunca está de más seguir practicando; yo acudo al circuito Fórmula Cero para continuar ganando en habilidad al volante".
El piloto se encuentra inmerso en una temporada "de transición", con participación en pruebas del campeonato de Madrid y Castilla y León de Karting, tras el parón sufrido a consecuencia de la pandemia y otras dificultades, y poniendo el foco también en 2023, a expensas de escoger por qué opciones decantarse. En este sentido, afirma "estar pensando en hacer el Campeonato de España de Energías Alternativas, Rallies de Regularidad con coches eléctricos e incluso otras pruebas en circuito con turismos".
Ésa es la parte que me enamoró cuando me senté por primera vez en un coche de carreras y por la que no dudaría en volver a pasar por miles de fases previas horribles
Al margen de las numerosas horas de entrenamiento y el riesgo de la práctica deportiva al volante de vehículos a motor a gran velocidad, estas disciplinas minoritarias se enfrentan a un mayor número de obstáculos, como encontrar fuente de patrocinio. "Lo de menos, es competir con un coche; el trabajo previo es lo peor que hay, con la dificultad de moverlo todo para que una empresa te ayude, la búsqueda de recursos y presupuesto, conseguir el vehículo o, en el caso de los FIA Motorsport Games, encontrar a la compañera. Este tipo de cosas son las que hacen complicado este deporte".
No obstante, todo ello se compensa, además de la importancia que tiene el apoyo del entorno y del núcleo familiar, "cuando estás metido en el coche, sintiendo la adrenalina; ésa es la parte que me enamoró cuando me senté por primera vez en un coche de carreras y por la que no dudaría en volver a pasar por miles de fases previas horribles".