El mundo de la música se viste de luto tras el fallecimiento de una gran artista, Lisa Marie Presley, hija de Elvis Presley. La cantante, de 54 años de edad, ha sido víctima de un paro cardiaco del que no ha podido salir adelante.
Este suceso tuvo lugar el pasado jueves, día 12 de enero. Una de las empleadas de la cantante entró a su habitación y, tras ver que no reaccionaba, llamó a los servicios de emergencias. Rápidamente, Lisa fue ingresada en urgencias, pero los sanitarios no pudieron hacer nada por salvarla, y falleció unas horas después.
Lisa Marie Presley, hija de uno de los iconos más grandes en el mundo de la música, tuvo una vida marcada por el sufrimiento, sobre todo tras la muerte por sobredosis de uno de sus hijos, Benjamin Keough, en el año 2020. "He estado viviendo en una realidad horrible y que no me suelta desde la muerte de mi hijo hace dos años", afirmaba la difunta.
Lisa Marie Presley tuvo una vida marcada por el sufrimiento, sobre todo tras la muerte por sobredosis de uno de sus hijos, Benjamin Keough
La cantante también vio su carrera muy condicionada por la figura que le precedía, por la presión de no ser lo suficientemente buena como para heredar el trono que su padre, Rey del Rock, le había dejado. Lisa se encontraba bajo los ojos de muchos que querían ver cómo era destronada por otros grandes para, así, hacer desaparecer el apellido que marcaba su carrera musical.
Además de estos episodios que marcaron la vida de la artista, Lisa Marie Presley vivió otros acontecimientos nada fáciles de asimilar. La cantante pasó por varios matrimonios de corta duración, estando casada incluso con Michael Jackson, con quien mantuvo una relación de tres años marcados por las dudas y supuestos intereses judiciales por parte del cantante.
Adicción a los opiáceos y tranquilizantes
Por otro lado, también se descubrió que la cantante era adicta a varias sustancias estupefacientes, sobre todo a los tranquilizantes y a los opiáceos. Una adicción que, al parecer, desarrolló a partir del año 2008, cuando el médico le recetó unas pastillas con opiáceos tras el parto de dos de sus hijas.
No obstante, según los más allegados de Lisa, el acontecimiento que, sin duda, marcó un antes y un después en su vida fue la muerte de su hijo, algo de lo que no conseguía levantar cabeza, según ella misma aseguraba en varias entrevistas: "Nunca se supera". Un suceso que pudo llevarse el "alma" de la cantante, para siempre.