Una vez más el fútbol retrasa los derechos humanos, solo hay que verlo con el Mundial que se está celebrando en Qatar y la poca lucha que estamos viendo por parte de todos los equipos participantes.
Para poner en contexto, este año la Copa Mundial de Fútbol se celebra en Qatar, un país muy poco avanzado con los derechos del colectivo LGTB. Un hecho, por el que muchos países o equipos, en este caso, decidieron alzar la voz. ¿Pero qué ha pasado con las personas homosexuales cuando los amenazan? Simplemente, hemos desaparecido, ya no importamos y nadie lucha por nosotros.
Vemos día tras días como todas las personas que siguen el fútbol, incluso los propios protagonistas, se empoderan dentro de los partidos y luchan por ser el mejor, pero a la hora de la verdad no dicen nada, tienen miedo y no alzan la voz por quién de verdad lo tienen que hacer.
La copa les ciega y el dinero les atrae, es el único mensaje que podemos sacar de todo lo que está ocurriendo. De nada sirve que lancen diferentes comunicados afirmando que “defienden el mensaje OneLove”, pero luego no son capaces de dar la cara y no hacer caso a una amenaza para demostrarlo.
No todo lo importante está en el campo
La decisión de FIFA de descalificar a todas las personas que llevaran un brazalete con la bandera LGTB ha sido la gota que ha colmado el vaso, sobre todo, cuando el director de comunicación de esta federación salió del armario en Qatar. ¿Así es como apoyas esta lucha?
Deciden dar ellos los brazaletes que tienen que llevar los equipos, eso sí, blancos que no se vean mucho y con un mensaje más `light´ ¿Miedo a que la gente se eche encima? Vamos a lanzar unos mensajes de apoyo, pero que o se note mucho…
La FIFA deja en claro su opinión, pero las Federaciones no se quedan de lado. Al final son ellas las que deciden la equipación que lleva cada equipo, por lo que quitar el brazalete es dejar claras las prioridades de cada uno.
Pero esto no es todo, el embajador de la Copa Mundial de la FIFA 2022 en Qatar, Khalid Salman, se ha referido a la homosexualidad como “un daño mental”, además de dejar claro que es algo “prohibido”. Estos mensajes sí que deberían de tener una repercusión en el Mundial o en su persona, porque apoyar este tipo de mensajes y continuar con un evento tan importante, sabiendo que se está dejando de lado una parte importante de la sociedad, sí que debería de estar “prohibido”.
El mundo del fútbol ha dejado clara una vez más su opinión con los derechos de las personas homosexuales y continua en su camino sin, por lo menos, intentar por una vez apoyar al colectivo y adaptarse a la realidad que nos está afectando a todos, porque no todo lo importante está en el campo, los goles se quedan ahí, pero la lucha sigue fuera.