Con la vuelta al colegio, muchos padres nos planteamos las actividades a las que vamos a apuntar a nuestros hijos. A veces buscamos un refuerzo para alguna asignatura y otras lo que queremos es que destaquen en algo diferente a lo que hacen en el colegio. En ocasiones, lo que nos hace falta es que estén ocupados mientras salimos de trabajar para que nos de tiempo a ir a recogerlos. Sea cual sea la motivación para apuntarlos es importante que a ellos les guste y, sobre todo cuando son más pequeños, suponga un tiempo de ocio y diversión para ellos.
Las ventajas de realizar actividades extraescolares son muchas, desde la sociabilización hasta la mejora de ciertas habilidades, pasando por la autoestima, la confianza o la realización de ejercicio, pero también hay que tener en cuenta que los pequeños necesitan tiempo libre, tienen que poder aburrirse alguna vez para fomentar la imaginación y necesitan buscar sus propios intereses.
Una agenda demasiado cargada estresa a cualquiera, y cuando eres pequeño y no puedes decidir hasta dónde está ocupado tu tiempo, la cosa es mucho peor. Queramos o no, a partir de Primaria, los niños empiezan a tener deberes y necesitan tiempo para hacerlos, quieren estar con nosotros y disfrutar de su casa y de sus juguetes. Mis hijos, que apenas tienen extraescolares porque tampoco tengo tiempo de llevarlos, tienen juguetes con los que solo juegan en verano, y eso sin tener otras actividades que hacer aparte del colegio entre semana, pero es cierto también que tienen jornada partida y no llegamos a casa hasta las 17:30.
No hay que olvidar que el juego es una forma de aprendizaje y que es fundamental para ellos desarrollarse a través de él. Deberíamos buscar más momentos para compartir juegos con ellos y enseñarles cosas importantes mediante la simulación. Tal vez esa sea la solución para los más pequeños, buscarles una ludoteca en la que puedan jugar a su aire, con más niños y con monitores que dirijan en juego con un fin educativo, pero sin forzar.
En etapas más avanzadas podemos empezar a buscar el perfeccionamiento, un interés en el que despunten, una actividad con la que se sientan cómodos y en la que se diviertan. Sin duda, las actividades físicas son ideales en esta época en la que pasamos tantas horas sentados, pero no todos los niños se sienten cómodos con el deporte y muchos despuntan en materias como la música y la pintura, así que lo importante es que este tiempo lo dediquen a hacer algo que les guste y que no se sientan obligados (como lo están a ir al colegio).
A veces no nos queda más remedio que buscar una extraescolar para reforzar una (o varias) asignaturas del colegio. Es difícil que a esta extraescolar vayan contentos o con ganas, ya que lo que no se nos da bien rara vez nos gusta. En caso de que sea necesario, hay que procurar buscarla con un profesor que les motive y que utilice técnicas diferentes a las que usa el colegio, para que lo puedan desvincular de la obligación de cada día. En la medida de lo posible, el tiempo que dedican a este refuerzo hay que compensárselo con algo que sí les guste y dejarles claro que no es tiempo "perdido" sino "invertido" para no tener que trabajarlo después.
Clases divertidas fuera del colegio