No solo están subiendo las temperaturas si no que los precios lo hacen a igual medida. A parte de la luz, que este jueves tendrá su máximo histórico, la gasolina y algunos alimentos están incrementando sus costes de manera desmesurada.
El índice de precios de consumo (IPC) aumentó en julio un 2,9 % en comparación con el julio de 2020, lo que supone el mayor incremento desde febrero de 2017.
Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el precio de la electricidad ha aumentado casi un 17% en un año, la gasolina un 17,6%, el gasóleo un 17,7% y el gas un 8,6%. Pero también han visto aumentar sus precios el aceite de oliva 22%, los refrescos 11%, la fruta un 4,6%, los huevos 3,5% y la carne de ave 3% o vacuno 0,3%.
Septiembre es el mes más duro para las familias
Enrique García, portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha explicado que esta subida de precios se debe al encarecimiento de la energía. "Hemos calculado que va a suponer un sobrecoste anual de 505 euros para las familias, repartido de la siguiente forma: 311 euros en gasolina, 250 euros para el diésel, 55 euros para el gas y 139 en electricidad, ya aplicada la rebaja del IVA. Si no, hablaríamos de 187" añade que "hay una doble factura, porque estas subidas a su vez se trasladan a otros productos por un aumento en los costes de producción y transporte, y el primero es la alimentación".
García también señala que "En los próximos meses puede haber subidas de precio en algunos productos básicos, pero estas también dependerán del nivel de competencia en el mercado. En los productos donde es escasa, subirán más; si hay mucha, alguna empresa podrá optar por sacrificar su margen a costa de ganar clientes. Sin considerar que septiembre, con la vuelta al cole, siempre es el mes más duro para las familias".