La entrada en vigor de la nueva Ley Rider ha levantado ampollas en las grandes empresas de reparto a domicilio. Después de conocer la decisión de Deliveroo, Glovo ha optado por una alternativa menos drástica y más clásica: Hecha la ley, hecha la trampa. La empresa mantendrá a cerca del 80% de sus repartidores en España como autónomos gracias al nuevo modelo que han creado para "adaptarse" a la normativa sin tener que pagar más sueldos de los necesarios.
La empresa tiene pensado contratar a 2.000 repartidores antes de que finalice 2021 y el resto, según Diego Nouet, en declaraciones para Efe, podrán mantenerse como autónomos ya que la normativa lo que instaura es una "presunción de laboralidad".
Las condiciones de trabajo para sus autónomos se han elaborado con la ayuda de los despachos de abogados Roca Junyent y Sagardoy. Una vez se han cubierto las espaldas legalmente se han centrado en aquello para lo que no necesitan ayuda externa: El marketing. Nouet pretende vender un su supuesto modelo "inédito" que ofrece mayor libertad a los "mensajeros autónomos".
Las elecciones nos dejaron ver que el concepto de libertad se puede pervertir tanto como quiera el que lo esgrime. En este caso, la libertad consistiría en que los riders ya no tienen que cumplir con unas franjas horarias, sino que tienen libre elección de jornada. Por otro lado, son ellos los que fijan los precios en el servicio en lugar de la plataforma y, finalmente, podrán subcontratar a otros repartidores que se encarguen de sus servicios.
Lo que se inició para favorecer a los trabajadores podría empeorar sus condiciones
Uno de los problemas que podría generar la nueva libertad de los repartidores es que lleve a mayor cantidad de personas pluriempleadas por no acceder a un sueldo decente, a una caída en picado de los precios, por una guerra para conseguir más clientes y unos ingresos mínimos y a condiciones pésimas que se transmitan libremente hacia las subcontrataciones.
Aún no se han aportado demasiados detalles pero el 12 de agosto, la fecha límite para cumplir con la nueva ley, será cuando sepamos todos los detalles del "modelo revolucionario" de Glovo. Según El Economista, los abogados a los que se ha recurrido consideran que con la ley vigente es necesario "analizar caso por caso" para identificar si hay relación laboral o no, una vez se "aclare" cuándo hay trabajo autónomo y cuándo no.
La jugada para mantenerse dentro de marco regulatorio no ha tenido una gran acogida entre los riders. Plataformas como Riders x Derechos no han dudado en recriminar la medida.
Los precios de Glovo podrían subir
Aún con todo, Nouet ha hecho declaraciones en el mismo diario sobre la posibilidad de subir los precios en la plataforma para compensar los gastos derivados de las contrataciones y los sueldos fijos. La empresa en un principio no pretende incrementar el coste para los consumidores, pero no se descarta la opción dependiendo de cómo evolucione la oferta y la demanda durante los primeros meses tras adaptarse a los cambios.
Por si no fueran suficientemente desafortunados por tener que ofrecer un contrato laboral a menos de la mitad de sus trabajadores la firma ha reprochado que los plazos para amoldarse a la Ley Rider han sido muy cortos y han trabajado a contrarreloj para "adaptarse a ella. Sin embargo, estando aún a falta de dos semanas, ya han conseguido analizar los resquicios legales a los que encaramarse para reducir los gastos y aumentar las dosis de libertad dentro de Glovo.