La Terapia Asistida con animales tiene por objeto mejorar la salud de las personas, incorporando a los animales como parte integral del proceso de tratamiento para promover la mejoría de las funciones físicas, psicosociales y cognitivas de pacientes con problemas de conducta, depresión, ansiedad o autismo, entre muchos otros. Éste es el objetivo de la Cátedra Animales y Sociedad, ubicada en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Rey Juan Carlos, tal y como ha explicado la coordinadora del proyecto, Nuria Máximo, para Televisión Digital de Madrid y Soy-de: “la relación que establecemos con los animales nos ayuda a mejorar en todo lo que tiene que ver con nuestra inteligencia emocional , la resolución de conflictos y relaciones sociales, gracias al vínculo y a la biofilia con ellos, que es la base fundamental en la intervención asistida y una herramienta muy potente a la hora de trabajar en salud mental”.
La Cátedra, aprobada en 2016, promueve labores de investigación, difusión y formación relacionadas con el bienestar animal y con el estudio de las relaciones entre humanos y animales, “potenciando la vinculación bidireccional entre los mismos desde un punto de vista positivo y beneficioso para ambas partes”. Entre las actividades que realiza destacan iniciativas como “Emociones con patas”, mediante la cual se transmite a los escolares el valor de la empatía y la convivencia responsable con la ayuda de perros que han superado situaciones de maltrato y abandono, creando un espacio motivacional cuyo fin es el de fomentar el desarrollo de la inteligencia emocional y las habilidades relacionales de los estudiantes. El equipo de Emociones con Patas se compone de expertos de psicopedagogía y psicología, educadoras caninas y guías de IAAs, que se acompañan de estos animales, ya adoptados, entrenados y seleccionados.
“Para nosotros es fundamental potenciar en el ámbito educativo el respeto y la empatía hacia todos los seres vivos. Hemos trabajado con niños de primaria en dos centros distintos de la Comunidad de Madrid, a través de diferentes módulos, para dar a conocer a los otros animales, cómo expresan éstos sus emociones, y la conciencia responsable sobre su tenencia como mascotas, contribuyendo a reducir también el acoso y la violencia en las aulas”, señala la directora de la Cátedra.
Entre las acciones a poner en marcha próximamente, volverá de forma presencial el proyecto “Huellas de colores” en las UCIs del Hospital Doce de Octubre: “se paró por la pandemia, y ya teníamos ganar de retomarlo”. Por otro lado, se está diseñando un tipo de Intervención en la Unidad Infanto-Juvenil, en Salud mental, con una proyección para ingresos hospitalarios y también para entornos comunitarios. “Además de abrir camas en Hospitales, hay que crear un soporte para adolescentes y sus familias; en salud mental no solo hay que gestionar recursos, si no que debemos tener una red de ayuda”.
El suicidio es un problema de salud pública que hay que abordar desde una perspectiva multidisciplinar
Este viernes, 10 de junio, y a partir de las 9.00 horas, tendrán lugar las primeras Jornadas de Prevención del Suicidio bajo esta entidad, que se celebrarán de forma presencial con el fin de visibilizar la situación del suicidio en España y de educar y aportar herramientas en torno a este tema. Ponentes como Andoni Anseán, presidente de la Fundación Española para la prevención del suicidio, expondrán en conferencias gratuitas en las que se tratará la prevención, estrategias de fortalecimiento emocional, intervención durante la conducta suicida y los medios de comunicación como herramienta preventiva. En la sesión de tarde, cada asistente podrá acudir a alguno de los cuatro talleres que se desarrollarán (intervención con perros, detección del riesgo, cómo intervenir en una crisis suicida y el papel de los medios de comunicación como herramienta preventiva), con el objetivo de profundizar en las áreas desarrolladas durante la sesión matutina.
“El suicidio es un problema de salud pública, reconocido por la Organización Mundial de la Salud, y hay que hablar de ello, luchando contra el tabú, porque durante mucho tiempo se ha pensado que lo mejor era no mencionarlo, y después se ha demostrado científicamente que esto es un error que tapa un asunto social que conlleva muchas muertes y el sufrimiento de muchas personas a consecuencia de esos fallecimientos”, indica Máximo. “Por todo ello, decidimos que podíamos hacer mucho en un entorno universitario, encontrando, de la mano de expertos en salud, emergencias, psicología y comunicación, y con un abordaje multidisciplinar, soluciones y alternativas”, añade.