El leitmotiv de esta larguísima precampaña electoral que estamos viviendo bien podría ser eso de “derogar el sanchismo”. No solo se lo escuchamos al Partido Popular, formación que aspira a gobernar España, sino también al propio Pedro Sánchez que se ha lanzado a explicar qué es ese concepto que repite como un mantra la derecha española.
Hace unos días, en la tercera sesión de trabajo del presidente del Gobierno desde la sede de su partido, junto a la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, Pedro Sánchez manifestó que “derogar lo que funciona en materia energética va en contra del sentido común, es muy frustrante que la derecha y la ultraderecha nieguen la emergencia y el cambio climático pese a las evidencias científicas”.
El secretario general de los socialistas realizó un breve balance de esta legislatura, recordando que el PSOE es un partido ecologista “es el PSOE y han sido las mujeres, tanto en el ámbito del feminismo como en el del ecologismo, quienes enarbolaron la bandera. Nos hicieron ver la necesidad de incorporar al feminismo y al ecologismo como vectores de nuestra agenda transformadora”.
Pedro Sánchez subrayó que las propuestas para los próximos cuatro años comportan desafíos y riesgos, pero detrás “hay muchas oportunidades para situar a España como referencia europea”, recordando el panorama “tan desolador que nos encontramos en el 2018”. Ahora tenemos un Gobierno que apuesta “por el Mar Menor, por el Parque de Doñana y por la restauración medioambiental, a pesar de que la derecha niegue una emergencia climática”.
Vamos a apostar por un crecimiento que reduzca las emisiones negativas para las siguientes generaciones
La vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, habló sobre el futuro de las centrales nucleares ahora que tenemos a Alberto Núñez Feijóo diciendo que el PP apuesta por alargar su vida útil más allá de la fecha prevista de cierre en 2035. La socialista dijo que “los propietarios de las centrales nucleares son contundentes respecto al calendario de cierre y consideran que pueden estirar un poco el funcionamiento de las plantas”, mediante un cierre ordenado, aunque suponga invertir en seguridad y hacerlo “razonablemente llevadero”. Y lanzó una pregunta a Feijóo ¿quién pagará este coste? Para Ribera solo hay dos opciones o se paga con dinero público o serán los consumidores de electricidad quienes se harán cargo de la factura.
“Abascal y Feijóo han dicho que no estamos construyendo seguridad energética, pero la realidad”, destacó Ribera “es muy diferente, estamos utilizando nuestros recursos no solo físicos, sino humanos y nuestra industria para movilizar todo el tejido productivo”. “Siempre hemos apostado por la seguridad total, mediante unas plantas cuidadosas con el medio ambiente y con la seguridad energética”.
Ribera recordó cómo el primer compromiso del Gobierno fue salvar a las personas que estaban abandonadas especialmente en el sector del carbón “nuestro compromiso fue acompañarlos en ese proceso”. Y ahora, y gracias al primer Plan Integral de Energía y Clima “que la Comisión Europea ha calificado como el mejor, vamos a apostar por un crecimiento que reduzca las emisiones negativas para las siguientes generaciones, porque el cambio climático existe y debemos generar respuestas”.