Dicho y hecho. VOX ha roto los pactos de gobierno en las comunidades autónomas donde formaron coalición con el Partido Popular: en Extremadura, Baleares, Aragón, la Comunidad Valenciana, Castilla y León y Murcia. "Los vicepresidentes de estos gobierno anunciarán su dimisión, y VOX pasará a la oposición", señalaba Santiago Abascal, líder del partido, tras la reunión del Comité Ejecutivo Nacional.
"Nadie nos ha votado para aceptar la política migratoria de Pedro Sánchez", apuntaba ayer el presidente de VOX, denunciando que el líder del Partido Popular haya asumido los planes para la inmigración que contempla el Gobierno de España. Para el dirigente del partido, el presidente del PP protagoniza "la estafa más grande" de la política española tras considerarle responsable de que el presidente del Gobierno siga liderando el país. Es más, para Abascal las maniobras populares no casan con las intenciones de Vox, desde donde persiguen "representar honradamente y dignamente a sus votantes".
"Hoy VOX está solo frente a la traición de Sánchez y frente a la estafa del señor Feijóo", señala Abascal, asegurando que, aunque aparenten enfrentamientos, luego "se reparten los jueces, se reparten el Tribunal Constitucional, se reparten el Tribunal de Cuentas, la Junta Electoral, las comisiones parlamentarias, Radio Televisión Española y los sillones en Bruselas".
Sánchez ha sido de los primeros en celebrar esta decisión de VOX. Según el presidente, los "beneficiarios netos de la salida de la ultraderecha de los gobiernos autonómicos es la mayoría social de españoles y españolas". Acto seguido, Sánches ha señalado que dichos pactos nunca tuvieron que haber existido y ha lanzado una pregunta a su principal rival político: ¿Está dispuesto el PP a romper con las políticas que ha sacado adelante de la mano de VOX?
Por su parte, ayer mismo el Partido Popular comenzó a poner sobre la mesa alternativas de gobierno ante la posible ruptura de VOX. El propio Feijóo se posicionó ante las declaraciones de Abascal: "lo que me preocupa es ser coherente con lo que se piensa". Y, si bien es cierto que el PP tilda la situación de la inmigración en España como una crisis de Estado que el Ejecutivo central no está atajando bien, han apoyado los planes del PSOE.