Las trabajadoras del Servicio de Ayuda a Domicilio continúan con su huelga indefinida para reclamar mejoras en sus condiciones laborales. Las afectadas reclaman a la Comunidad de Madrid que actualice los pliegos de condiciones para la gestión de su actividad, incluyendo las últimas negociaciones donde se acordaron una subida salarial del 10% para este año, de un 2% para 2026 y una reducción de jornada a 35 horas semanales.
Por su parte, fuentes de la Consejería de Asuntos Sociales han señalado en este medio que el Gobierno de Pedro Sánchez, a través de Real Decreto 675/2023, incrementó el número de horas, en porcentajes que van desde el 30 al 80% en función del grado de dependencia, "pero sin financiación ni memorias económicas que lo sustenten", mantienen.
Así mismo, las mismas fuentes señalan que el Gobierno de España aporta tan solo el 29% de la dependencia de Madrid, cuando tendría que estar financiando el 50%. Y eso supone que, desde que gobierna, "le debe a los madrileños en dependencia 2.000 millones" de euros.
Por otro lado, el servicio en la Comunidad de Madrid ha experimentado un crecimiento de usuarios en los últimos tres años, siendo más de 54.000 madrileños los que se acogen al Servicio de Atención a Domicilio.
Por todo ello, desde la Consejería han modificado el contrato vigente, ampliándolo hasta en el 20% máximo que prevé la ley. Además, las fuentes aseguran que se comenzó a tramitar un nuevo expediente de contratación a comienzos de 2024, ajustándolo a las nuevas intensidades horarias previstas en la ley y al convenio colectivo, que se publicó en mayo.
En cuanto al nuevo contrato, que se está tramitando y supondrá una inversión superior al 80%, contempla también el incremento de horas del servicio para dar respuesta a las necesidades de los usuarios y del incremento económico asociado a las nuevas condiciones del convenio. El texto, además, incluye importantes mejoras como las relativas a los horarios; mejoras en la información y coordinación entre los profesionales y los usuarios; mejoras en la formación; mejoras en el seguimiento del servicio, así como proyectos de atención comunitaria o programas de prevención de la soledad, de fomento de la integración social y orientados al cuidado de los cuidadores.