Este viernes ha entrado en vigor la nueva normativa de los máximos que se les puede añadir de sal al pan. La norma de calidad del pan se aprobó en abril de 2019 (Real Decreto 308/2019, BOE de 11 de mayo) y entró en vigor el 1 de julio de 2019, pero la medida de reducción especifica de sal no se ha propuesto hasta el pasado viernes. Una reducción que va en sintonía con la salud de los consumidores. Los procesos de producción y cambio han sido lentos, ya que todos los productores han tenido que cambiar los diferentes niveles de sal para adaptar su producto a la normativa.
La norma establece que el contenido máximo de sal permitido en el pan común, como producto acabado, debe ser de 1,31 gramos por cada 100 gramos de pan (13,1 g de sal por kilogramo de pan o el correspondiente 0,52 g de sodio por 100 g de pan), si se analiza mediante determinación de cloruros. O bien de 1,66 gramos de sal por 100 gramos de pan (16,6 g de sal por kilogramo de pan o el correspondiente 0,66 g de sodio por 100 g de pan), si se analiza mediante determinación de sodio total.
La normativa ha respondido a la demanda de la asociación de consumidores de ofrecer la máxima calidad en los diferentes productos elaborados, como el pan. Este producto es uno de los más consumidos diariamente por los españoles, ya que se combina con comida principales, meriendas y cenas. Además esta norma, supuso un precedente legal en materia de regulación de requisitos de calidad de los alimentos, dado que por primera vez en España se introducía una medida de fiscalidad positiva que buscaba incentivar el consumo, con un tipo de IVA reducido para aquellos productos considerados más saludables como pueden ser los integrales o los bajos en sal.
El sector panadero lleva años intentando, de ,manera voluntaria, reducir los niveles de sal en sus productos panificables. De esta manera, ofrecerían un producto más saludables y acorde con la tendencia actual de consumir alimentos menos tratados, más natural y , por su puesto, con menos sal y azúcar.
Bajar el contenido de sal, es un beneficios para todos
Demanda de panes integrales y artesanales
Un 60% de los consumidores han decidido pasar su alimentación a los productos integrales y panes hechos de manera mas saludable y artesanal. La demanda ha crecido y con esto una mayor regulación de calidad y precios más asequibles para los consumidores. Es verdad, que muchas marcas siguen jugando con el branding de "integral", siendo su producto una mezcla entre diferentes tipos de cereales. Las nuevas normativas sobre la mesa han intenta tajar este problemas poniendo un porcentaje mínimo de cereales integrales para considerar el producto integral.
