Investigadores del Instituto de Investigación i+12 y del Servicio de Hematología del Hospital 12 de Octubre han creado un test no invasivo destinado a identificar de forma precoz a aquellos pacientes con linfoma folicular en los que fracasará el tratamiento, que suponen un 20% del total de casos. Se trata de una herramienta predictiva que permitirá abordar tratamientos individualizados dirigidos a evitar las recaídas y, a niveles de alto riesgo, llevar a cabo terapias más intensivas que logren mejorar su supervivencia.
Este innovador proyecto consiste en una analítica o biopsia líquida en la que se estudia el ADN libre circulante mediante técnicas de secuenciación masiva. Los resultados permiten objetivar las mutaciones de cada paciente de manera individualizada. Éstas desaparecen tras el tratamiento, salvo en los pacientes que van a tener un mal pronóstico, en los que permanecen, dejando una huella que puede comprobarse mediante esta prueba. Hasta ahora no se podía identificar con certeza quiénes iban a sufrir una recaída hasta que a los dos años se da esta circunstancia, ni existían herramientas para personalizar el tratamiento. Gracias a este test, probado tanto al finalizar los seis ciclos de tratamiento inicial como en medio del mismo, tras cuatros ciclos, se podría conocer en 15 días el pronóstico de cada paciente, pudiendo así adaptar e intensificar su tratamiento, con la finalidad de mejorar su evolución.
El desarrollo de esta técnica comenzó en 2019 con 87 pacientes tratados con terapias de inmunoquimioterapia inicial. Tras los primeros resultados, el test permite identificar en un 95% a los pacientes que tendrán peor evolución. En su fase dos, la investigación consistirá en aumentar el número de pacientes estudiados, e incluirá a los que son tratados con las nuevas terapias celulares: Car-T y anticuerpos biespecíficos.
El linfoma folicular es el segundo linfoma más frecuente de todos. Su origen está en los linfocitos B, y tiene, como norma general, un curso indolente. Afecta a los ganglios linfáticos, y frecuentemente se disemina a la médula ósea, el bazo o incluso otros lugares. Suele responder bien a los tratamientos, con medianas de supervivencia prolongadas, que superan los 20 años tras el diagnóstico. Sin embargo, hay un grupo de en torno al 20% de afectados -conocidos como POD 24, que suelen recaer a los 24 meses del tratamiento inicial- en los que el plazo que no supera los cinco años.
Esta sencilla prueba puede ser la base para el desarrollo de ensayos clínicos adaptados y para identificar mejor a los pacientes que van a responder a las nuevas estrategias de tratamiento
La doctora Ana Jiménez, principal investigadora de este innovador proyecto, considera que las nuevas estrategias para poder identificar a pacientes con enfermedades neoplásicas con diferente pronóstico de manera precoz es "esencial para poder adaptar la terapia a cada paciente de manera personalizada, evitando repeticiones de tratamiento y mejorando su calidad de vida. Esta sencilla prueba puede ser la base para el desarrollo de ensayos clínicos adaptados y para identificar mejor a los pacientes que van a responder a las nuevas estrategias de tratamiento”. Este trabajo, recogido en el artículo Monitorización de la enfermedad en la vida real en pacientes con linfoma folicular mediante secuenciación ultraprofunda de biopsia líquida y PET/CT, y firmado por los investigadores del Servicio de Hematología del Hospital 12 de Octubre, Ana Jiménez y Santiago Barrio, ha sido publicado en la revista Leukemia.