El pasado 2 de diciembre en un aula de un instituto del barrio de San Blas dos jóvenes comenzaron a discutir. Según la afectada, el compañero le insultó y ese fue el motivo de la pelea. Hasta el momento, no parece un hecho extraño ni aislado. Sin embargo, lo noticioso deriva de la reacción del profesor ante la trifulca entre ambos alumnos: rociar agua con lejía en los ojos de la alumna.
En un principio, este no le dio importancia a los hechos hasta que, poco después, se acercó a la afectada, cogió el bote de agua con lejía utilizado en el aula para su desinfección y se la echó. El profesor, por su parte, asegura que fue un accidente y que, además, la chica portaba el spray en su mano y amenazaba con rociar a su compañero. El maestro, entonces, intentaría quitarle el bote que, accidentalmente, acabó accionándose y vertiéndose en el rostro de la joven.
Tras lo ocurrido la joven acudió al Hospital Ramón y Cajal, que remitió un informe al juzgado de guardia denunciando los hechos donde indicaban la fuerte irritación en uno de sus ojos, necesitando una semana de curación
A pesar de no sufrir lesiones graves, la alumna declaró el pasado 4 de febrero para ratificar lo sucedido en el Ramón y Cajal a la titular del Juzgado de Instrucción nº 53. Ante la menoría de edad de la víctima en el momento que ocurrieron los hechos, su abogada, Belén García, ha explicado a agencias que el procedimiento abierto sigue adelante como presunto delito de lesiones. Así, el juzgado investiga si se trata de una imprudencia o incurre en dolo.
La defensa ha aportado varios documentos al juzgado y se solicitarán declaraciones de testigos presentes. Se destaca que el profesor supuestamente no se disculpó por lo ocurrido y que el centro no apoyó a la alumna tras lo ocurrido.