Un dispositivo de cinco dotaciones de bomberos, ambulancias y policías se desplazó a la residencia madrileña de Monte Hermoso el sábado por la noche para sofocar un incendio en el ático. Por fortuna no hubo que lamentar daños o víctimas: había ardido una jardinera. Al día siguiente, los familiares vieron las imágenes del operativo en un grupo vecinal de Facebook y asustados llamaron a la residencia, que negó la existencia del incendio.
Al tratarse de una residencia de mayores, un lugar de alto riesgo, el número de efectivos enviado es mayor de lo habitual, lo cual alertó a los vecinos. El dispositivo llamó la atención y en el grupo del barrio No eres de Batán si no has..., los usuarios publicaron un vídeo de las llamas y preguntaron si alguien sabía algo.
Al día siguiente varias personas contactaron con la residencia y los empleados desmintieron el incendio. “Se hacen los sorprendidos como si no hubieran oído nada del tema”, se quejaba un familiar en un grupo de WhatsApp de los hijos de un residente. “Siempre se lo hago saber cuando nos pasan encuestas, que la falta de información y claridad por su parte, lejos de mejorar la relación, me crea desconfianza respecto a su gestión”, se lee en otro mensaje.
Una familiar, que ha solicitado el anonimato con el objetivo de no sufrir represalias, ha comentado que en Monte Hermoso es recurrente la falta de información. “Han cambiado tres veces de médico en el último año y medio pero nunca nos informan”, afirma a este periódico por teléfono.
Un portavoz de Monte Hermoso ha declarado que el incendio tardó diez minutos en ser apagado y que no hubo daños relevantes. Por ello, agrega, no consideraron relevante informar a las familias. “Si hay algo importante se informa por correo”, añade. El portavoz de la empresa dice desconocer la causa del fuego.
Se hacen los sorprendidos como si no hubieran oído nada del tema
Monte Hermoso es propiedad de una pequeña empresa con dos centros, otro en el municipio madrileño de Cercedilla. El hogar de Madrid tiene 130 plazas y se encuentra en el oeste de la capital, junto a la Casa de Campo. Tiene plazas concertadas con la Comunidad de Madrid, lo que supone exigencias mayores y más controles.
El altercado trae de nuevo las quejas de las familias sobre el hermetismo en las residencias de mayores, un problema que los defensores de derechos creen podría solucionarse con la creación de consejos de usuarios y familiares.