Ya no importa el número de personas que se concentren. A pesar del planteamiento inicial de la Delegación del Gobierno en Madrid, esta misma mañana, a cuatro escasos días del 8M, se ha anunciado la prohibición de todo tipo de manifestaciones el Día de la Mujer. El límite se había fijado en 500 personas para todas aquellas expresiones que tuvieran lugar durante la jornada, pero, a día de hoy, parece que el veto se posiciona como la opción triunfante. "La Delegación del Gobierno en Madrid ha decidido, tras estudiar todas las propuestas de convocatorias de manifestaciones y concentraciones, prohibir las que han sido comunicadas". Así se comunicaba, vía Twitter, especificando que la prohibición se aplica a las distintas expresiones que puedan darse los próximos días 7 y 8 de marzo, en la Comunidad de Madrid.
Desde la Delegación del Gobierno aseguran que la decisión es "firme". Según apuntan en un comunicado, con ella se quiere evitar posibles confluencias de distintas concentraciones en Madrid. Este veto, explican, atiende a razones sanitarias y, especialmente, a la situación epidemiológica de la región. Las prioridades actuales son innegables. La necesidad de salvaguardar la salud de la ciudadanía es imperante, pero el cambio de criterio de la Delegación del Gobierno, unido al clima crítico y acusador en torno al 8M que se ha estado respirando durante las últimas semanas, invitan al debate.
Son muchas las concentraciones y manifestaciones que se han producido desde el mes de marzo del pasado 2020, algunas, cuando nos encontrábamos aún en las primeras fases de la desescalada y, aunque hubo críticas, que se dieron desde algunos sectores, lo cierto es que ni las consecuencias ni el debate generado alcanzaron la magnitud que toman ahora. ¿Cuál crees que es la razón?