El Papa Francisco ha aprobado este lunes 25 de noviembre la promulgación del decreto de confirmación de culto inmemorial, declarando beata a Sor Juana de la Cruz (Juana Vázquez Gutiérrez), monja terciaria, franciscana, más conocida en nuestro municipio como Santa Juana.
El Santo Pontífice, en una audiencia con el prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el cardenal Marcello Semerano, se ha dado el visto bueno a la beatificación, sin necesidad de haberse acreditado milagro alguno, requisito indispensable para las beatificaciones y canonizaciones.
Juana Vázquez, nació en Azaña (Toledo) en 1481, fue abadesa del monasterio de la localidad de Cubas y tomó los hábitos bajo el nombre de sor Juana de la Cruz, haciendo profesión de religiosa el 3 de mayo de 1497 y falleciendo con fama de santidad el mismo día pero del año 1534.
Las virtudes de Santa Juana empiezan a brillar desde su juventud, cuando a los 15 años, sola, a pie y vestida de hombre, manifestó su decisión de consagrarse a Dios huyendo del matrimonio concertado. Ingresó en el Beaterío, que llegó a ser, gracias a su labor, un verdadero Monasterio, del que fue nombrada Madre Abadesa con tan solo 28 años.
Brillaba en ella la sabiduría, el don de consejo, el poder de hacer milagros, el don de profecía y el discernimiento de espíritus y su fama se extendió tanto que era habitual que miles de personas se acercaran hasta el monasterio con el fin de conocerla y recibir consejos. Entre las personalidades que la visitaron se encuentra el Emperador Carlos V.
Cada año, el primer sábado de Pascua, se realiza una peregrinación desde la Ermita de Numancia de la Sagra hasta el Monasterio de Santa María de la Cruz, de Cubas, que recorre el camino que hizo la joven Juana huyendo de un matrimonio concertado y hasta su destino como religiosa en este convento, abrazando su vocación como Sor Juana de la Cruz.
Apariciones de la Virgen
El Monasterio y Santuario de Santa María de la Cruz y Santa Juana cuenta además con documentadas apariciones de la Virgen en 1449 a una pastorcilla de nombre Inés Martínez que contaba con 12 años. Según la propia descripción de la niña, de la que se levantó acta oficial esos mismos días, la Virgen Santa María era “una Señora muy hermosa, cuyo rostro resplandecía” y vestía paños de oro.
Las apariciones fueron 6, concentradas en 17 días. Tuvieron lugar siempre en el campo mientras se ocupaba de los cerdos, en las cercanías de Cubas, a mediodía. A la Virgen la veía exclusivamente Inés, y sólo otra vez la oyó otra niña.
Construida la iglesia en 1450, se llamó al lugar "Santa María de la Cruz" y se conserva documentación notarial de 76 milagros reconocidos allí en los 50 años posteriores, de los que 20, tuvieron lugar en los primeros meses.