Mimar a nuestras mascotas es algo que se da por hecho. Las queremos como un miembro más de la familia, pero ¿qué pasa con esos animales que no tienen un hogar? En algunos casos su ‘hogar’ es un laboratorio. Con ellos se testan cosméticos y productos de higiene de los que hacemos uso en nuestro día a día. No nos paramos a pensar que antes de que ese producto haya llegado a nuestras manos, ha pasado por un proceso previo en el que los animales han comprobado las bondades o deficiencias de sus composiciones.

Aunque este artículo es un llamamiento a la reflexión, hay que puntualizar que Europa ha avanzado en la senda ‘Cruelty Free’. Las marcas no están obligadas a experimentar con animales antes de que un producto salga a la venta.