Ainhoa Prestel Alcalde
Psicóloga y Técnico Superior de Integración Social
La depresión es un trastorno mental que afecta, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) a más de 300 millones de personas en todo el mundo. En la última década, se estima un aumento de aproximadamente el 18%.
Existen terapias eficaces para hacer frente a la sintomatología depresiva pero, un diagnóstico erróneo, una mala coordinación profesional y la dificultad de los pacientes para pedir ayuda, dificulta el proceso de mejoría. Por ello, existe la necesidad de que se reorganicen los sistemas de salud mental y que la sociedad conozca su sintomatología, las medidas necesarias para prevenirla y saber que cuenta con multitud de profesionales que están dispuestos a ayudar.
Debido al tabú social y el estigma asociado a este trastorno, poco sabemos sobre la depresión. Por ello, ¿qué sabemos en realidad?
¿QUÉ ES LA DEPRESIÓN?
Existen diferentes trastornos que se engloban dentro del grupo de “Trastornos Depresivos” según indica el Manual de Diagnóstico de Trastornos Mentales DSM-V (2013). Es difícil su diagnóstico debido a que depende del número, de la intensidad y la tipología de los síntomas.
De forma general, se podrían destacar síntomas como la pérdida de interés en actividades y la capacidad de disfrute, menor energía, alteraciones en el sueño y el apetito, sentimientos de culpa y dificultades en la atención. Como se ha explicado anteriormente, no quiere decir que una persona tenga depresión si tiene algún síntoma aislado pero, un número suficiente y la persistencia en el tiempo de la sintomatología, puede ser un motivo de alerta para consultar a profesionales especializados.
¿QUÉ FACTORES DE RIESGO SUBYACEN A LA DEPRESIÓN?
La depresión es un proceso multifactorial y complejo que depende un amplio grupo de factores de riesgo ya que son de naturaleza genética, cognitiva, personal, familiar y social. La investigación, hasta el momento, no ha podido establecer en su totalidad las interacciones existentes entre ellos, aunque sí se han detectado los más prevalentes.
Los rasgos personalidad neurótica están relacionados con la aparición de la depresión también asociada a otras psicopatologías como los trastornos de ansiedad y el estrés crónico. En cuanto a enfermedades médicas, algunas cardiopatías, patologías endocrinas y la presencia de migrañas, se han relacionado con mayor incidencia de trastornos de depresión mayor.
La persistencia en el tiempo de sintomatologías relacionadas con la depresión puede ser motivo de alerta para consultar a profesionales especializados
CREO QUE PUEDO TENER DEPRESIÓN
¿QUÉ PUEDO HACER?
Es posible que algún síntoma de los descritos, esté presente en la mayoría de las personas hoy en día, debido a nuestro alto nivel de exigencia, la precariedad laboral y las responsabilidades diarias.
Sin embargo, si existe un malestar significativo y la sintomatología persiste en el tiempo, requiere de intervención. El primer profesional más accesible al que se suele acudir, es el médico de atención primaria. Si bien, no es un profesional de salud mental, puede diagnosticar en primera instancia si una persona tiene o no un trastorno depresivo.
Si finalmente, el profesional decide que tiene depresión, el siguiente paso a seguir es consultar a un profesional de salud mental, en concreto, el psicólogo ya sea por la vía pública (área de salud mental en centros de especialidades) o por la vía privada.
Actualmente, existen terapias farmacológicas que reducen la sintomatología significativamente pero, en mi opinión, sería necesaria la opinión de un especialista en salud mental para que decida si procede realizar una ajustada intervención psicológica.