El satélite de la NASA ‘TESS’, ha descubierto su primer planeta del tamaño de la Tierra en la zona habitable de su estrella, el rango de distancias donde las condiciones pueden ser adecuadas para permitir la presencia de agua líquida en la superficie.
Posteriormente los científicos confirmaron el hallazgo, llamado TOI 700 d, utilizando el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA.
"TESS fue diseñado y lanzado específicamente para encontrar planetas del tamaño de la Tierra que orbitan en estrellas cercanas", dijo Paul Hertz, director de la división de astrofísica en la sede de la NASA en Washington. “Los planetas alrededor de las estrellas cercanas son más fáciles de seguir con telescopios más grandes en el espacio y en la Tierra. Descubrir TOI 700 d es un hallazgo científico clave para TESS", añadía Hertz en el comunicado de la NASA.
El descubrimiento, también mostró que existen otros dos planetas orbitando la misma estrella que TOI 700 d, aunque seguramente estén formados con cuerpos gaseosos, por lo que es improbable que sean habitables.
TOI 700 es la estrella alrededor de la cual orbitan dichos astros. Se trata de una estrella enana ubicada a poco más de 100 años luz de distancia en la constelación del sur Dorado. Es aproximadamente el 40% de la masa y el tamaño del Sol y aproximadamente tiene la mitad de su temperatura superficial.
Descubren un exoplaneta del tamaño de la Tierra que podría ser habitable.
Con la llegada del nuevo Telescopio James A. Webb de la NASA (2021), está previsto que los astrónomos puedan obtener una idea clara de cómo es la superficie de TOI 700 d, gracias a su relativa cercanía con nuestro planeta.
Exoplanetas habitables
Por delante de este descubrimiento, existen algunos candidatos mucho más prometedores. Es el caso de K2-18b, una super Tierra que orbita una estrella enana roja a 110 años luz de distancia. Es el único exoplaneta conocido con vapor de agua y una temperatura óptima para contener agua en estado líquido.
El telescopio TESS
Según comentan desde la NASA, el telescopio TESS monitorea grandes franjas del cielo, llamadas sectores, durante 27 días a la vez. Esta visión permite al satélite rastrear los cambios en el brillo estelar causados por un planeta en órbita que cruza frente a su estrella desde nuestra perspectiva, un evento llamado ‘tránsito’.