La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha vuelto a alertar sobre vaporizadores y cigarrillos electrónicos, pidiendo además a los gobiernos que endurezcan la legislación sobre su uso para "interrumpir su promoción y su aceptación y prohibir que se realicen afirmaciones falsas o no comprobadas sobre ellos".
Principalmente exigen que se prohíba su uso en lugares públicos recomendando que se traten igual que el tabaco. Para la OMS, los sistemas electrónicos de administración de nicotina (SEAN) no son productos de tabaco porque no lo contienen, aunque contengan nicotina. A pesar de ello, constituyen un grave problema de salud pública similar al tabaco.
Las ventas de SEAN han crecido rápidamente desde su entrada en el mercado en 2012, y podrían alcanzar los 26 840 millones de dólares en 2023. También han aumentado mucho su publicidad, mercadotecnia y promoción por canales que dependen en gran medida de internet y las redes sociales.
Dentro de la guía publicada por la OMS, nos advierten sobre las precauciones que debemos tener:
- Todos los productos con nicotina son peligrosos para los jóvenes y las embarazadas, con independencia de la forma en que la contienen.
- Los aerosoles contienen sustancias tóxicas que pueden aumentar el riesgo de sufrir cáncer y enfermedades cardiovasculares o pulmonares de cualquiera de sus usuarios.
- La inhalación de estos aerosoles aumenta la concentración de nicotina y de una serie de sustancias tóxicas existentes en el medio ambiente y, por tanto, también la exposición a ellas de los no fumadores y de terceros.
- Los componentes de los SEAN pueden explotar y causar también intoxicaciones accidentales por nicotina. Algunas baterías de los cigarrillos electrónicos son defectuosas y han provocado incendios y explosiones.
No solo los cigarrillos electrónicos
No encontramos en una época en la que se presiona mucho a las tabacaleras y estas optan por crear nuevos productos más atrayentes y sin legislación. Resultado de ello son los cigarrillos electrónicos y los productos de tabaco calentados (PTC), estos últimos generan aerosoles que contienen nicotina y otras sustancias tóxicas al calentar el tabaco o activar un dispositivo que lo contiene. Suelen ser aromatizados, contienen nicotina y aditivos no contenidos en el tabaco.
Para la OMS, no hay pruebas de que los PTC sean menos nocivos que los productos de tabaco convencionales. Contienen más de 20 sustancias perjudiciales o potencialmente dañinas en cantidades significativamente superiores al humo de los cigarrillos convencionales.
Como todas las formas de consumo de tabaco, los PTC son perjudiciales y deberían estar sujetos a las medidas normativas y reglamentarias que los demás productos de tabaco.