Así mismo, desde el RACC realizaron un estudio para comprobar cómo podían afectar las altas temperaturas a los conductores de vehículos. Si dejamos el coche durante mucho tiempo expuesto al calor, lo más probable es que la temperatura interna del mismo se eleve a cifras muy acusadas, marcando una clara diferencia entre la temperatura externa e interna, y siendo peligroso para el propio conductor, que puede sufrir desde mareos hasta atención hospitalaria. 

Por ello, se hicieron una serie de recomendaciones para evitar accidentes tanto dentro como fuera de los vehículos:

• Intentar estar el menor tiempo posible en el interior de un vehículo parado que se encuentra expuesto al sol.
• Evitar en todo caso tal situación para los niños, a los que afectan de sobremanera las situaciones extremas de temperatura.
• Al igual que pasa con ellos, las mascotas también experimentan una mayor debilidad al calor sofocante.
• Un parasol bajo el parabrisas delantero puede reducir la temperatura del habitáculo hasta en 11º.
• Cuidado con entrar en contacto con elementos del interior del coche, pues pueden hacer mella en la salud de la piel.
• Dejar las ventanillas algo abiertas para que entre el fresco es una práctica cuasi inservible, ya que solo reduciría, en los mejores casos, en 2º la temperatura.
• Ten en cuenta que la pintura influye de sobremanera a la hora de absorber el calor.
• Antes de entrar en el coche, deja unos minutos que el aire circule por el interior abriendo las puertas.
• Previamente al uso del aire acondicionado, utiliza el ventilador para sacar el aire caliente de los conductos de ventilación.
• No abuses de temperaturas demasiado bajas al utilizar el aire acondicionado para evitar un cambio brusco al salir del vehículo.