Partido grande en el Torres, partido de altura. Venía el Deportivo de la Coruña a tierras fuenlabreñas, y la tensión de aquel lío con el COVID, se palpaba en el ambiente. Partido muy difícil para los nuestros, y más si cabe, con lo que nos tenía preparado el destino...
Empezaba el partido avisando el Depor de lo poco que necesitaba para crear oportunidades de gol, y en el primer minuto ya avisaba con un remate de Soriano. En el 8 de partido comenzaban los contratiempos. Cubero, ponía una falta a la mismísima escuadra, pero el árbitro lo anulaba, por no guardar la distancia determinada con la barrera, algo que ni el entrenador rival entendía.
Los nuestros presionaban muy bien la salida de balón rival, y robaba en campo del Depor, pero faltaba el último pase. El Fuenla crecía en el partido, y no dejaba que el Depor apareciese en el encuentro, pero la mala suerte volvería a aparecer. En el 38 de partido, Quiles, recogió un balón en la frontal del área, y tras rebotar con mucha fortuna en Diamé, su disparo se coló en la portería.
Todo se acabo de torcer a falta de dos minutos para el final de la primera parte. Diamé, recibía la segunda tarjeta por una plantilla. Se nos ponía todo en contra, tocaba sufrir y remontar.
La tensión de aquel lío con el COVID, se palpaba en el ambiente.
Tras la salida de vestuarios, el Fuenla esperaba cazar una contra replegado atrás, pero un fallo en defensa, acabo con la sentencia de Quiles, que hacía el segundo en el minuto 56. Las opciones de remontada se disipaban.
Mere metía frescura, y daba entrada a Enzo y a Diego, pero con uno menos y 2-0 abajo, era muy complicado. La puntilla inmerecida, llegaba en el 76 de partido, a la contra, el Depor aprovechaba su superioridad, y Quiles sentenciaba el partido sumando el tercer gol a su cuenta particular.
El final del partido, sobre el terreno de juego, nada que destacar. En la grada, la gente se marchaba a falta de 15 minutos para acabar el partido. Se escuchaban pitos del respetable, y puntualmente, se esbozó algún "directiva dimisión".
Tiempos convulsos los que corren en Fuenlabrada, pero no es momento de dar la espalda. Es momento de venirse arriba, de cambiar esta mala dinámica. Es momento de apoyar al equipo, de confiar. Próxima parada, Alcorcón.