Pero la modernidad pide paso y tal y como explicaba el regidor fuenlabreño el consistorio “propicia la demolición del inmueble en estado ruinoso de la Plaza de España, 6 y 7. Un paso más en la recuperación de nuestro casco antiguo”.
La casa que alojó el Oasis, no obstante, fue muchos años antes la primera sede del Patronato Municipal de Deportes.
No obstante, la melancolía surge a borbotones entre los cuarentones de esta ciudad cuando los símbolos de un tiempo pasado, que, como dice el poema, “siempre fue mejor” desaparecen de nuestras calles.
La casa que alojó el Oasis, no obstante, fue muchos años antes la primera sede del Patronato Municipal de Deportes. Así lo recuerdan los que pertenecen a generaciones que suman aún más años que aquellos que nacieron en la década de los 70. Son los mismos que tienen en su memoria una Plaza de España que sirvió de plaza de toros o de emplazamiento de los fuegos artificiales de las fiestas de septiembre.
Unos y otros también recuerdan la fuente que adornada esta Plaza de España y que a buen seguro permanece imborrable en las fotografías ya decoloradas que cientos de fuenlabreños guardan, quizás, en una vieja caja de zapatos.
El tiempo pasa inexorable, sin prisa, pero sin pausa. Pero así avanzan las ciudades hacia el futuro, recordando su pasado y deshaciéndose de lo ruinoso para que brote lo nuevo que haga recuperar el esplendor callejero de una Fuenlabrada que se transforma, pero que conserva sus raíces.
Al igual que el Oasis, quedaron para el recuerdo otros locales que jalonaban una calle de la Plaza bulliciosa, llena de algarabía y juventud, en la que los chicos y chicas recorrían El Coso, el Jaleo… y sin nos remontamos más atrás en el tiempo la discoteca Fash y, puestos a remontarnos y a recordar, el Cine Azul o el Cine Martín.