“¿Recuerdas cuándo vino el Real Madrid de Zidane a jugar al Estadio Fernando Torres?”. Así comenzarán, seguro, muchas de las historias que se cuenten, entre sí, los aficionados que han estado presentes hoy en el partido del siglo dentro de muchos, muchos, años.
Llegaba el Madrid y, con él, se recargaba la ilusión de miles de fuenlabreños que, desde primera hora de la tarde, se dejaban caer por las puertas del templo azulón. La llegada de ambos autobuses -el Fuenla llegó justo antes que el del Madrid- hizo que los nervios que habíamos guardado durante todo el día, florecieran y se convirtieran en ganas de ver al mejor equipo del mundo jugando en nuestra ciudad: Fuenlabrada.
Los flashes y un estado perfecto del terreno de juego, mostraban la imagen de un Fuenla ambicioso, que dentro de no mucho tiempo, se codeará con los mejores clubes del planeta fútbol.
Y por fin, el balón echaba a rodar. Antonio Calderon salía con todo: Codina en portería; Cata y Armando liderando la zaga; Fran e Iribas, ocupando los dos carriles; Milla y Miguel Ángel, como dueños del centro del campo; y arriba, la pólvora: Quero, Dani Fernández, Hugo Fraile y el ‘killer’ Dioni.
Zidane, por su parte, había dejado en casa a medio equipo titular: ni Cristiano, ni Ramos, ni Modric. Sin embargo, el cartel de Dani Ceballos, Marco Asensio o Lucas Vázquez servía para que nuestras piernas temblasen al escucharlo.
La posesión, como no podía ser de otra forma, era para el conjunto madridista, bajo la manija del sevillano Ceballos, mucho más maduro de los 20 años que muestra su dni. Una y otra vez, el equipo blanco se encontraba con la muralla azulona. El conjunto de Calderon no dejaba pasar ni combinar en zonas de peligro a los visitantes, que solo encontraron la portería de Codina en dos ocasiones.
La primera, ya en el minuto 44, llegaba tras un gran remate de Marcos Llórente desde la frontal que se estrellaba en el larguero tras tocarla Codina. La segunda, del delantero titular en el día de hoy, Borja Mayoral, que se encontraba de frente con la seguridad, nuevamente, de Jordi Codina.
Así se llegaba al descanso, con empate a cero en el marcador. En el mismo, Calderon buscaba frescura con la inclusión de Álvaro Portilla en sustitución de Dani Fernández.
El equipo de Antonio Calderón se ha mostrado, como durante todo el año, muy fiable defensivamente, pero el árbitro ha sido el encargado de desequilibrar el encuentro
El del ex canterano madridista no fue el único cambio fuenlabreño. En el 6 de la segunda mitad, Juan Quero dejaba su puesto a Yaw para imprimir velocidad a las contras locales.
El campo parecía haberse volcado completamente para nuestro lado, pero, aún así, los madridistas no conseguían inquietar al meta azulón.
La alegria en las gradas del Torres duraba hasta el minuto 60, momento en el que Iglesias Villanueva se inventaba un penalti sobre Achraf que anotaba Marco Asensio para adelantar al Madrid.
El balear engañaba por completo a Codina y llevaba la alegria a la zona reservada a los hinchas visitantes -ademas de algún infiltrado local con el corazón partido-. Unos minutos más tarde, Mayoral tenía la sentencia en sus botas. Tras recibir un gran balón interior de Ceballos, el delantero de Parla la mandaba por encima del larguero tras zafarse de Armando.
El atacante blanco soñara esta noche con el portero catalán del Fuenla. En el 70, Mayoral remataba con la cabeza un gran centro desde la derecha y el meta conseguía atajar la pelota con una estirada que levantó la admiración del público.
Una nueva ocasión de Lucas Vázquez volvía a llevar los ‘uys’ a la grada, en un partido que, a pesar de ser de Copa y entre equipos de tanta diferencia, ha tenido pocas oportunidades.
En el minuto 78, otro penalti, este sobre Theo Hernández -significó la expulsión de un Paco Candela que había entrado en la segunda mitad-, suponía el 0 a 2 para los de Zidane. Lucas Vázquez era el encargado de dar la tranquilidad a los merengues.
Para culminar su desatino de partido, el colegiado gallego expulsaba, con roja directa, a Jesús Vallejo en su debut, en un partido que por si algo brilló, fue por la poca dureza de sus acciones.
Ganar de esa forma sirvió para que los aficionados se arrancaran con un irónico “penalti, penalti” dirigido al árbitro, al que sí que pareció importarle la categoría de cada equipo. La expulsión y los goles enfriaron a un Fuenla que dio la cara en todo momento, dejándonos clara una conclusión: este año sí.
En un mes, nuestros chicos viajarán al Santiago Bernabéu para vivir la segunda parte de un sueño que, esperemos, acabe el ascenso. Más allá de las polémicas, hoy será el día que recordemos con ese: “¿recuerdas cuando vino el Madrid al Torres?”.