Se hacía de noche en Fuenlabrada cuando 25 autobuses llenos de ilusión y ganas de hacer historia partían hacia el estadio Santiago Bernabéu. El reto era sumamente complicado: remontar un 0 - 2 a todo un Real Madrid.
Para ello, el míster, Antonio Calderón, formaba una escuadra con 11 guerreros, los once elegidos para asaltar uno de los campos más importantes del mundo. Milla, Cata Díaz, Fran y Hugo Fraile se mantenían con respecto al equipo titular al que estamos acostumbrados. Sin embargo, el técnico gaditano daba la oportunidad a jugadores menos habituales como Matheus, Álvaro Bravo o Juanma Marrero.
Y el encuentro no podía empezar mejor. Un Fuenla valiente rondaba la portería defendida por Keylor Navas, que vio como un tiro de Luis Milla desde fuera del área se colaba en su meta tras rebotar en su brazo.
El tanto fuelabreño hacía creer en las opciones de remontada de los nuestros, que más allá de volverse locos siguieron con el guión establecido de forma magistral por el entrenador azulón.
El Real Madrid, por su parte, no se encontró en nigún momento, notando la falta de experiencia de un equipo que nos recordaba más al Castilla que al vigente campeón del doblete.
Jonathan Praena, Antonio Calderón, los futbolistas y los diferentes trabajadores que defienden día a día el escudo de este club han llevado el nombre de Fuenlabrada a lo más alto del panorama futbolístico
En la segunda parte, los slbidos comenzaron a sonar en el coliseo blanco, consciente de lo que pdoría suponer una derrota contra un segunda B. Fruto del buen trabajo fuenlabreño, llegó la ocasión que enmudeció a las dos aficiones.
Un balón puesto desde la banda por Luis Milla llegaba a la cabeza del Cata Díaz, siempre peligroso en los balones aéreos. En su gran salto superaba a la defensa madridista y estrellaba el balón en el larguero de Keylor Navas.
Una jugada que, como se pudo ver minutos más tarde, podría haber cambiado la historia del encuentro y de nuestro C.F. Fuenlabrada. Tras esa ocasión, Zinedine Zidane, daba entrada en el terreno de juego al galés Gareth Bale, que volvía a la competición tras dos meses lesionado.
Su primer balón fue un centro medido a la cabeza de Borja Mayoral, que conseguía empatar el encuentro y acabar con las esperanzas de remontada de nuestro Fuenla.
Un varapalo que se confirmaría minutos más tarde con el segundo tanto madridista, el segundo en la cuenta del delantero de Parla. Un tanto que cerraba, definitivamente la eliminatoria, y que restaba emoción a los últimos minutos del partido.
Como regalo al gran trabajo realizado por los azulones, Álvaro Portilla logaba el empate a dos en los instantes finales del encuentro. Un empate que nos hace sentir más que orgullosos de apoyar y creer en estos jugadores desde el principio.
Jonathan Praena, Antonio Calderón, los futbolistas y los diferentes trabajadores que defienden día a día el escudo de este club han llevado el nombre de Fuenlabrada a lo más alto del panorama futbolístico.