Loquillo cantaba, allá por los inicios de los 80, que para ser feliz quería un camión. Una estrofa que se nos quedó grabada a muchos en la mente, aunque, en algunos, caló de una forma muy especial. Es el caso de Francisco del Pozo, un piloto de Rallys de Lozoyuela que, en 2015, decidió comprarse un viejo camión Pegaso del año 1994. Una reliquia de cuatro plazas que había pertenecido al Cuerpo de Bomberos de Castilla-La Mancha.
Tras dos años muy intensos de trabajo en su interior, el camión ya no es el mismo. Acondicionado, mimado y preparado para afrontar la Baja Aragón, “un pequeño Dakar” en España que se celebrará entre el 25 y el 28 de julio en Teruel.
En cuanto adquirió el camión llamó a su amigo, Daniel Cesteros. “Dani, ¿nos apuntamos a la Baja?” Y Dani no se pudo negar. Juntos han recorrido las principales pruebas del calendario de rallies de España. Fran al volante y Dani, fuenlabreño, dando las órdenes: “nos tenemos que conocer al milímetro”, nos cuentan ambos al explicarnos cómo debe ser la relación entre piloto y copiloto.
Para Fran será su segunda experiencia en la Baja Aragón. En la primera, también en el 2015, fue copiloto: “me dieron el roadbook y no sabía qué era eso. Me pasé una noche entera estudiándolo y, al final, lo aprendí”. El mapa con el que cuentan los copilotos en este tipo de pruebas difiere mucho del que utilizan en los rallies.
La Baja Aragón, “un pequeño Dakar” en España que se celebrará entre el 25 y el 28 de julio en Teruel
A él se tendrá que enfrentar el copiloto fuenlabreño. También al calor, tanto el que haga en Teruel durante el verano y al que lleven dentro de la cabina, donde compartirán espacio con el motor del camión.
Todo ello lo tendrán que preparar en los meses previos. Sin embargo, entrenar con el camión no es tan sencillo: “pedimos permiso a gente que tiene terrenos para que nos dejen pasar con el camión, más que nada para saber cómo van las inercias o los pesos”.
Pero no solo la preparación física o mecánica del camión es complicada en estos meses previos, también lo es la forma de financiar una de las pruebas de motor más caras de toda España. “Tan solo la inscripción”, nos explica Dani, “son 3.200 euros”.
Una importante cantidad que tendrán que afrontar ambos, además de llevar a dos mecánicos que compartirán recorrido con ellos durante los cuatro días de competición. Por ello, la implicación de instituciones y empresas de una manera económica será clave para que el copiloto fuenlabreño pueda llevar el nombre de nuestra ciudad a lo más alto.
Con un “ojalá” nos contestan al plantearles si, algún día, podrían afrontar un Dakar. Por ahora, la Baja Aragón les espera para cumplir un nuevo sueño. Su camión Pegaso hará historia en nuestro país.