Circula en redes un vídeo sobre el pleno municipal del Ayuntamiento de Fuenlabrada en el que se debatió un tema destacado: la vivienda. No es un asunto menor, ni mucho menos. En nuestra ciudad, como en tantas otras de la Comunidad de Madrid y de España, encontrar un hogar se ha convertido en un enorme desafío.
Muchas personas se ven obligadas a marcharse lejos del lugar donde realmente quieren vivir: lejos de sus familias, de sus trabajos y de sus raíces. Para algunas personas es una dificultad; para otras, un drama: Jóvenes que no pueden independizarse, personas que atraviesan una separación o una viudedad y que se enfrentan solas a alquileres imposibles… La ansiedad y la incertidumbre crecen, y con ellas, la sensación de que nuestra ciudad está dejando de ser el lugar donde construir o seguir con su proyecto de vida.
Fuenlabrada es acogedora, diversa y tiene una gran participación social. Es bueno que este tema se trate en los plenos municipales, hay un grave problema y los diferentes partidos que conforman la corporación tienen sus propios criterios acerca de este drama y cómo abordarlo.
Es un problema real, que afecta a nuestros vecinos y vecinas, y merece un debate serio. Lo que no merece es convertirse en un espectáculo para denigrar.
Lo digo con preocupación y lo digo alejada de cualquier partido en este momento: ver cómo se manipula la comunicación política ridiculizando a una persona, por mucho que su situación se haya convertido en meme es, sinceramente, indignante.
Sin entrar en el contenido de las propuestas de cada partido, sin cuestionar los esfuerzos que unos y otros puedan hacer desde sus cargos, sí quiero señalar algo fundamental: no todo vale. No vale deshumanizar a una persona para cerrar un vídeo político con un golpe de efecto. No vale perpetuar estereotipos ni convertir en burla lo que para alguien es una dificultad real. Si un partido no se da cuenta de esto, si la burla cruel se convierte en su forma de hacer comunicación, cabe preguntarse qué tipo de política está practicando y, sobre todo, qué tipo de personas la dirigen.
Desde el más absoluto respeto, pido una reflexión. Si algún partido se siente aludido por estas palabras, le invito, con la misma firmeza y respeto, a retirar ese contenido y a replantearse su manera de mirar a las personas con las que compartimos esta ciudad, con las que compartimos este planeta.