Gran ambiente, ilusión y nervios. Los ingredientes perfectos para vivir un partido para recordar. El Estadio Fernando Torres rozó el lleno en la ida de la final de la Copa Federación, que enfrentaba, ayer, al C.F. Fuenlabrada y al Atlético Saguntino.
Con todo preparado, el balón echó a rodar en un césped que, cada vez, tiene mejor aspecto. Antonio Calderón mezcló titulares y suplentes en su once, dando protagonismo a un recién llegado como Yaw. El extremo demostró su velocidad, aunque estuvo impreciso en sus últimas decisiones.
Isma Gil volvió a ocupar la portería local, comandando un equipo que salió a tener el balón. Con precaución, Luis Milla llevó el timón del conjunto azulón, al que le costó mucho romper las líneas valencianas.
Con el paso de los minutos, el Fuenla gozó de buenas oportunidades, todas ellas en las botas de un desafortunado Dioni -rara su falta de puntería-. El Atlético Saguntino consiguió asustar a los aficionados fuenlabreños con varias contras que se marcharon cerca del palo de la meta de Isma Gil.
El colegiado anuló, en la primera mitad, un tanto de los valencianos, tras una falta botada por Gimeno
Los visitantes, que fueron creciendo con los minutos por los nervios de los nuestros, consiguieron adelantarse en el marcador. Una falta botada de forma magistral por Gimeno se colaba en la portería del Fuenla, pero el colegiado lo anulaba por una falta sobre uno de los defensores azulones.
Esa acción hizo reaccionar a los nuestros, que empezaron a trazar buenas jugadas. El toma y daca se vio frenado por el pitido del árbitro, que dio paso a una segunda parte con claro dominio azulón.
Ambos conjuntos eran sabedores de que el empate sin goles no era mal resultado para ninguno de los dos, conscientes de que en una semana el Nou Camp de Morvedre dirá quién es el nuevo ganador de la Copa Federación.
Los minutos siguieron pasando y, salvo un disparo al larguero del Atlético Saguntino, las ocasiones fueron para los de Calderón, que no vio reflejado en el marcador el dominio mostrado en la segunda mitad.
Empate a nada y 90 minutos por delante llenos de emoción. Seguro que, junto al equipo, viajan cientos de fuenlabreños deseosos de conseguir un trofeo más que esperado. La historia tendrá que esperar...una semana más.