El respeto es la base fundamental para que la convivencia entre todos los que formamos la sociedad sea sana y pacífica. Abarca todas las esferas de la vida, empezando por el que nos debemos a nosotros mismos y a nuestros iguales, hasta el que le debemos al medio ambiente, a los seres vivos, a las leyes, y, por supuesto, a la libertad.
La libertad –ese bien común por el que tanto han luchado nuestros ancestros- es el derecho a tener tu propio punto de vista, tu derecho a cambiar de opinión y tu derecho a crear un mundo propio en el que poder vivir. Pero siempre, y esto es lo más importante, respetando las decisiones del que tenemos a nuestro lado, aunque no nos gusten.
Seguramente, la mayoría no estéis de acuerdo con la decisión de los británicos de salirse de la Unión Europea, donde el 52% ha dicho sí al Brexit. Y, aunque para muchos expertos este porcentaje es algo escaso en una decisión de tal calibre, lo cierto es que debemos respetarlo. Porque esa ha sido su decisión.
Del mismo modo, muchos no entendáis porque el PP ha vuelto a ser el partido más votado, llegando, incluso, a ampliar su mayoría, con la que ha caído en la calle Génova durante la última legislatura. Pero cuando todos nos subimos al carro de la democracia –bendita democracia- sabíamos a lo que jugábamos. Y las normas eran y son claras: gana el que más votos consigue. Lo de gobernar o no ya es otro debate.
Ahora, no vale insultar, vejar, difamar e injuriar a aquellos que libre y democráticamente han salido a la calle en Reino Unido o en España a expresar su deseo, por muy poco que nos haya contentado, sea de un lado o del otro. Ahora, nos toca hacer un ejercicio democrático de respeto hacia el contario. Ahora, es la hora de respetar.