Le preguntaba la prensa a Josip Visnjic, antes de viajar al País Vasco, si tenía pensado cambiar su forma de plantear el partido, visto que este Fuenla aún no había ganado en tierras vascas. Su contestación fue clara: “no vamos a cambiar”.
Pues bien, los nuestros no cambiaron y el resultado fue como siempre: negativo. La alineación contaba con una novedad, la de Chica, el central del filial que a base de trabajo y constancia se ha hecho con un hueco en el once por las bajas.
La primera parte fue de claro color rojinegro. Los locales mandaron en el juego y en las ocasiones, pero los de Visnjic se mantuvieron en el encuentro gracias a una defensa férrea, una de las señas de identidad de este nuevo Fuenla.
La falta de puntería y un Isma Gil, como casi siempre, inconmensurable, hicieron que los primeros 45 minutos terminasen como habían comenzado. La segunda mitad, cambiaría el guión del encuentro, que se decantaría para el lado azulón por el juego, pero no por los goles.
Varios disparos desde fuera del área pusieron en aprietos al meta local, pero los nuestros no eran capaces de acercarse de una forma clara a la portería rival. Jorge Ortiz tuvo la más clara en un balón medido de Velasco desde la banda derecha. El de Villacañas no estaba acertado y mandaba el esférico por encima del larguero, ante el temor de los aficionados vascos.
Ganar al Toledo y esperar, esa es nuestra esperanza
El propio Jorge Ortiz se plantaba solo ante Etxeba, tras un balón en largo de Isma Gil, pero el extremo no era capaz de anotar una preciosa vaselina. Pero el fútbol es así, y la suerte volvería a dar la espalda a los de azul.
Una falta botada desde el centro del campo por los locales llegaba a Aitor Ramos, que con una chilena, anotaba el único tanto del encuentro y hacía salta de alegría a la grada vasca.
Otra derrota para los de Visnjic que se quedan, casi, sin opciones de Copa del Rey. A falta de seis puntos por jugarse, los nuestros están a cinco de los puestos coperos. Ganar al Toledo y esperar, esa es nuestra esperanza.