Me he preguntado una y otra vez, -y aún lo sigo haciendo-, cuáles son los límites, de todo en general, pero de algunas cosas en concreto. En qué punto situamos el equilibro o en qué punto la balanza puede inclinarse hacia un lado u otro. ¿Somos esclavos de alguien si estamos bajo su mandato? ¿Debemos acatar las normas firmemente y sin rechistar? O, por el contrario, debemos y tenemos que volar libres como pájaros y decir NO cuando realmente lo pensemos…
Con ese “concreto” al que me refiero, hago alusión al hombre con corbata que obliga a todos sus trabajadores de oficina a ‘respetarle’ y ‘obedecerle’ bajo la premisa de la sumisión, o a ese jefe de redacción que obliga a su redactor a manipular la información y censurar más de un dato. Pero, ¿dónde está el límite?
Hace poco TVE española vivió una situación complicada, que ha pasado por un despido repleto de amenazas, mentiras y alguna denuncia, y una posterior readmisión. En realidad, ha sido el propio Consejo de Informativos de TVE quien ha dado el paso hacia adelante denunciando el despido que la periodista Susana Torres Sanz ha sufrido tiempo atrás.
Lo curioso de todo esto, no es en sí la denuncia, sino el motivo de la misma, que no ha sido otro que la “negación de la periodista a participar en la comisión de malas prácticas periodísticas y censuras”, con el añadido de recibir “amenazas continuas durante los últimos meses por varios miembros de la Dirección de los Servicios Informativos”. Amenazas que esta periodista no ha permitido ni ha tolerado hacia su persona.
Por fin alguien que ha plantado cara y ha dicho ‘por ahí no paso’, alguien que se valora como persona y no se ‘arrastra por un par de billetes grandes’ (permitidme la expresión). Nuestra libertad, nuestra dignidad, vale más que eso, y Susana Torres lo ha conseguido. Este ha sido su límite, a pesar de las muchas represalias que ha podido recibir de ello.
Aquí hay que llegar. Aquí tenemos que hacer una pausa. Y es que como en todo cuento, hay un final y, en la mayoría de casos, feliz. Torres ha firmado la continuidad en los informativos de la cadena española pública, en la que llevaba trabajando diez años como coordinadora de Informativos Nacionales de Fin de Semana, y esto significa la victoria. Victoria que se ha conseguido puestos los límites donde son necesarios e imprescindibles.
Ahora solo queda esperar a que más valientes apuesten por esta forma de vida, en la que predominan nuestros principios por encima del resto.