Antonio Caballero/@DonAntonioCG
“Aitor Ekobo tiene un don”, titulaba El País en un artículo del día 2 de julio de 2011. No era para menos. El atleta fuenlabreño acababa de hacer 10.97 en los 100 metros lisos del Campeonato de España Cadete. Al rememorarlo, ocho años después, afirma que es su recuerdo más bonito relacionado con el mundo del atletismo, junto a aquel momento en el que se consiguió colarse en la final del Mundial Juvenil.
Ya no es aquel chico de tan solo 14 años que soñaba con ser “ingeniero informático” y se planteaba su futuro “carrera a carrera”. En estos años han pasado competiciones y un viaje a Estados Unidos que, aunque duro, cambió su forma de entender el deporte. Ahora, compagina sus estudios de Ingeniería en Organización Industrial con los entrenamientos propios de un Campeón de España. La timidez, eso sí, la ha cambiado por una cercanía que conquista de la misma manera que rompe barreras y marcas en una pista.
Su temporada
Atrás ha dejado una lesión en el Talón de Aquiles que, en el mes de junio, le dejó en el dique seco. Priorizó recuperarse para afrontar esta temporada en la mejor forma posible: “en septiembre ya conseguimos que el dolor desapareciese por completo y ya estamos entrenando a tope”. Para continuar con su preparación, se marchará, durante el mes de diciembre, a Sudáfrica, donde entrenará con el resto de integrantes del 4x100 nacional.
En sus cabezas, sobrevolará una fecha, marcada en rojo en el calendario de los deportistas españoles: el 24 de julio. Será ese día cuando den comienzo los Juegos Olímpicos de Tokio 2020: “es un objetivo, pero yo creo que lo importante es el camino. Llegan muy pocos. Hay 48 plazas en el 100. Es muy difícil. Pero hay que intentarlo”.
Bajar de los 10 segundos en 100 metros es para los elegidos. Con entrenamiento todo es posible
Sus sueños, a largo plazo, pasan “por estar en una gran final, ya sea de un Campeonato de Europa, de un Campeonato del Mundo o de unos Juegos Olímpicos”. Mientras tanto, como él mismo nos explica, disfruta del camino. Un camino que le llevó a pasar un año en el país del atletismo por excelencia. Dos años después de vivir ‘el sueño americano’, reconoce que no estaba preparado: “tenía 18 años, eran muchos entrenamientos, mucho frío, lejos de toda mi gente, un idioma nuevo… los primeros tres meses fueron horribles. Hizo que valorara todo lo que tengo y disfrutar entrenando, que al final es lo importante también”.
Una generación sin miedo
Aitor Ekobo forma parte de una nueva hornada de velocistas españoles nacidos para hacer historia. Junto al suyo, nombres como el de Bruno Hortelano, Óscar Husillos, Estela García o el de Paula Sevilla, son los elegidos para abanderar el futuro del atletismo nacional. Sabe que solo algunos llegarán a romper los cronos, un reto que él se atreve a soñar: “bajar de los 10 segundos en 100 metros es para los elegidos. Con entrenamiento todo es posible. No te voy a decir que no he soñado con ello, porque sí lo he soñado”.
En Getafe, en julio de 2018, estuvo cerca de lograrlo. Paró el reloj en los 10.16, logrando la tercera mejor marca de la historia de nuestro país. Ahí demostró que había llegado para quedarse. “Fue un alivio, después de muchos años con lesiones”, afirma, reconociendo que le costó afrontar lo que vino después: “me costó llevar mucho esa presión. Sentía que tenía que demostrar algo a alguien y, en verdad, no tengo que demostrar nada a nadie”.
Un apoyo necesario
En las competiciones es habitual ver a su séquito, encabezado por sus padres. Ellos son su principal apoyo, aunque, en lo económico, sería imposible avanzar sin el respaldo de su club, el GoFit, de su marca deportiva y de la Fundación Madrid por el Deporte. Sin embargo, se echa en falta la ayuda del ayuntamiento de su ciudad, Fuenlabrada. El atleta recibe alrededor de 300 euros al año, un importe insuficiente para afrontar unos retos tan grandes.
Por eso, y pensando en el resto de casos que sobresalen en el Club de Atletismo Fuenlabrada, Ekobo pide que el consistorio se vuelque con sus deportistas: “no soy solo yo, somos muchos deportistas que vamos al Campeonato de España, del Mundo y necesitamos ese apoyo de alguna institución”. Quizá sea el momento perfecto para que, desde el Ayuntamiento de Fuenlabrada, se valore, de verdad, a nuestro talento.