Tras cinco interminables años de lucha, los empleados de la planta de Coca-Cola Fuenlabrada han puesto fin al conflicto con la empresa iniciado con el ERE presentado por la patronal el pasado año 2014. "Ponemos fin a este conflicto social y laboral". El enfrentamiento con la multinacional de refrescos ha llegado a su fin, según comunicaban a través de las redes sociales gracias al preacuerdo alcanzado con la dirección de Coca-Cola. "Es un triunfo de toda la clase trabajadora y social", celebraban los trabajadores.
Los trabajadores recapitulaban y recordaban el germen del conflicto: el ERE promulgado por Coca-Cola en enero de 2014 y que, posteriormente, fue anulado por el Tribunal Supremo. Desde entonces, los empleados, respaldados por Comisiones Obreras, y la multinacional han mantenido una larga batalla tanto en los tribunales como en la calle.
Cierre del centro logístico
A pesar de la disputa, en los últimos meses la corporación y los trabajadores habrían acercado posturas. Así, el principio del acuerdo ratificado entre la dirección y los trabajadores ha sido refrendado por "más del 95% de la plantilla", según explica Coca-Cola en Lucha.
El pacto recoge el cierre del centro logístico en el que se había convertido la planta de Fuenlabrada y que se tornó en el blanco de las críticas de los trabajadores bajo el pretexto de no disponer de una "carga real de trabajo". "Hemos conseguido anular el proyecto logístico que Coca-Cola puso unilateralmente al modificarse la sentencia, quedando anulado ese centro de maltrato laboral y psicológico con el que hemos estado obligados a convivir durante 3 años", celebraba el colectivo.
El compromiso de Coca-Cola de retornar a un proyecto fabril en la zona centro
Vías de escape
Además, los trabajadores explican las dos vías con las que consideran que solucionan el enfrentamiento con la dirección: "El compromiso de Coca-Cola de retornar a un proyecto fabril en la zona centro", y si no se cumple este punto, un "Plan Social como garantía individual para toda la plantilla".
Fuentes de la multinacional explican que Coca-Cola se compromete en el plazo de dos años a analizar el desarrollo de "un proyecto mixto (industrial y logístico)" en la capital, siempre que sea viable "dentro de la estrategia de la compañía" a nivel europeo.
El colectivo considera que este punto y final es "una victoria" y cree que "debe servir de esperanza e ilusión para no someterse y luchar ante las injusticias y adversidades como las reformas laborales", así como de "escarmiento para las empresas/multinacionales que no respetan los derechos de sus trabajadores".