Ecléctica. Intimista. Alegre. Fuerte. Diva. Son muchos los adjetivos que nos vienen a la cabeza cuando hablamos de Carmen Boza. Una luz emergente que acaba de publicar su segundo álbum de estudio, ‘La caja negra’, tras cuatro años desde que salió a la calle el primero. Una espera que sus seguidores han sufrido, pero, con el resultado en las manos, han agradecido.
La Carmen de ahora es “más grande”, y no solo físicamente. Hablamos de sus escondites, sus pasiones y sus ilusiones a unos días de su cita en el Cultura Inquieta de Getafe, el próximo 5 de julio, donde compartirá actuación con Rosalía y Bala. Una noche de “empoderamiento”, con distintos estilos, pero misma pasión.
Una ‘caja negra’ llena de luz
A los pocos minutos de entablar conversación, Carmen confiesa que “jamás” imaginó estar en el cartel del Cultura Inquieta, un festival con “tanta solera”. “Este álbum me está trayendo muchas alegrías”, pese a haber sido en ocasiones, durante su creación, un proceso “un poco oscuro en el que ha conectado con mucho público”.
El Cultura es, para ella, “un punto bonito en el que nos move mos grupos emergentes, los que estamos en el hueco y los que, a lo mejor, dentro de un tiempo, podremos ser los que abrirán el hueco para los otros que vienen”. Es indiscutible que ‘La caja negra’ es un punto de inflexión en la música de Carmen Boza, “tanto en el proceso de creación como en la producción del álbum”, pero también “a nivel personal”.
“Sentirte preparada para decir ‘que sea lo que tenga que ser, pero esto es lo que voy a hacer’ es enfrentarte a tu gigante y es un acto de fe”, confiesa la artista. Una decisión que, considera, “siempre te lleva a mejorar para poder enfrentarte, en un futuro, a otras cosas”.
Sentirte preparada para apostar por lo que quieres sin pensar si gustará o no es enfrentarte a tu gigante y es un acto de fe
Camino de aprendizaje
Cuatro años ha tardado Carmen en permitirnos volver a escuchar sus creaciones, y la prueba de fuego de que todo ha merecido la pena, según ella, será “que este proceso se vuelva a repetir o que genere cosas parecidas en la gente que me oye”. Tiene claro que “esa será la prueba de que todo este aprendizaje es real y válido; que le afecte a otra gente”.
Y lo cierto es que así está siendo. El público de Boza se mantiene fiel, además de ir aglutinando nuevos seguidores en cada concierto. Aunque Carmen afirma que se ha mantenido fuera de las opiniones y de las peticiones durante el nacimiento de ‘La caja negra’, por necesidad. “Un artista tiene que formar parte del mundo, pero tie ne que vivir un poco al margen, y es un balance difícil de conseguir”.
La malagueña lo aclara: “yo amo a la gente que es fiel a lo que hago, pero mi energía en el momento creativo está tan concentrada en sacar adelante el proyecto y darle la forma que quiero que no puedo pararme a pensar si gustará o no”.
Introspectiva musical
Independientemente de la intención (o, más bien, no intención) de Carmen con este disco, la realidad es que ‘La caja negra’ es una obra de arte. Un álbum para pararse a escuchar, para detenerse en cada verso y disfrutar con cada una de sus letras. Es auténtica poesía a la que, confiesa, le dedica mucho y que, por ello, ha tardado en publicar. “Me tomo más tiempo porque estoy adquiriendo el método, mi manera de, digamos, generar ese material”.
Un margen que le permite ahondar en sí misma, un proceso de introspección que no se consigue en dos días. Y una espera, por parte del público, que agradece inmensamente. “Dice mucho de la calidad intelectual de mis seguidores, de poder esperar y no consumir todo tan rápido. Eso crea una sinergia muy bonita entre nosotros”. Al final, dice, este álbum es “un testimonio, mi manera de entender el mundo. Que el público consiga conectar con eso hace que se cree una complicidad maravillosa entre nosotros”.
Como todos, confiesa tener “muchas mierdas e inseguridades”, pero, “cuando hago una canción, sin pretensión y honestidad, siento que estoy trayendo algo de valor al mundo”. Sus “manos, puños y cerebro” siempre estarán preparados para la música porque, “en la vida, una tiene que pelear por lo que le apasiona”.