Hade dos años, tras una minuciosa y concienzuda investigación de la Guardia Civil se detuvo a Luis Miguel Viñals Flores, conocido desde entonces como el "vampiro de Humanes" por supuestas prácticas de maltrato animal. Desde su detención, la protectora El Refugio se presentó como acusación en dicha causa. Ahora, esta entidad ha informado que la magistrada del Juzgado de Instrucción 6 de Fuenlabrada ha dictado la continuación del procedimiento, lo que significa que este presunto maltratador animal será juzgado por las atrocidades que se le imputan.
El presidente de la protectora El Refugio., Nacho Paunero, ha señalado que "a lo largo de casi treinta años trabajando para proteger a los animales, hemos denunciado y participado en cientos de procedimientos para juzgar a los desalmados que habían cometido delitos atroces contra pequeños siempre inocentes. De ser cierto todo lo que se está investigando al acusado, estaríamos ante uno de los casos de mayor crueldad y perversidad de los que hemos sido testigos nunca. El Refugio, como acusación, va a hacer todo lo posible para llegar a la verdad de este oscuro caso, buscando la consecución de las penas máximas en caso de que finalmente se dictamine la culpabilidad de los investigados".
El proceso, avisan, será largo pero desde El Refugio se comprometen a informar puntualmente de las novedades que se vayan produciendo. Por el momento, se congratulan de la decisión de la magistrada.
Según consta en las diligencias previas, el investigado Luis Miguel Viñals Flores, conocido como un referente en la comercialización de sangre de animales, era administrador único del Centro de Transfusiones Veterinario. Para llevar a cabo su actividad había uso de unas instalaciones en Humanes donde albergaba gran cantidad de animales, entre perros, gatos y conejos, con la finalidad de extraerles la sangre. De esta forma, presuntamente obtenía un importante beneficio con la venta de los concentrados de sangre, constando que llegaba a cobrar un importe de 80 euros por una bolsa de 400 ml. de sangre de perro, pudiendo llegar a obtener por cada perro entre 3 y 5 litros de sangre, y un importe de 85 euros por una bolsa de 60 ml. de sangre de gato.
El investigado Sr. Viñals llevaba presuntamente a cabo tales actividades en la más absoluta clandestinidad, no contando con autorizaciones, permisos o licencias necesarias. Por otro lado, para alcanzar sus fines, realizaba supuestamente actos propios de la profesión de veterinario, sin poseer el título académico correspondiente, atribuyéndose además públicamente la cualidad de veterinario, encargándose de llevar a cabo funciones inherentes a dicha profesión, como la administración y suministro de fármacos de uso veterinario.