Un joven de 18 años, operario de la limpieza de Humanes de Madrid, ha sido disparado, al parecer, con una escopeta de perdigones, desde la ventana de un piso de la calle Ibiza a la altura del número 2 de nuestro municipio.
Al parecer, el suceso ha ocurrido a primera hora de este lunes y el motivo, supuestamente, ha sido el ruido que el trabajador municipal hacía con la sopladora que manejaba en esos momentos. El chico ha sido trasladado al Hospital de Fuenlabrada, pero, en principio, su estado no reviste gravedad.
La Guardia Civil ha iniciado un operativo para detener al autor de los disparos que podría ser otro chico de corta edad, también vecino de Humanes de Madrid.
La noticia ha llegado a las redes sociales donde un usuario ha compartido incluso las fotos de las heridas que le ha provocado al trabajador los perdigonazos. En la publicación, el usuario Virinlix Warrios se pregunta y pregunta a los vecinos si esto es normal: "ojalá se pongan en huelga hasta que aparezca el pistolero, y se coma de mierda la zona", asegura. En los comentarios de dicha publicación, varios vecinos confirman que no es la primera vez que un operario de limpieza sufre un ataque de este tipo. Y muestran su sorpresa ante estos intolerables ataques a personas que ejercen su trabajo para mantener la ciudad en el mejor estado posible. Además, expresan su apoyo a los trabajadores municipales.
El ruido producido por los operarios de limpieza, los de recogida de basuras, etc. es una cuestión polémica en numerosos municipios, sobre todo en verano cuando la gente mantiene las ventanas de sus viviendas abiertas para combatir las altas temperaturas.
La utilización de las sopladoras está recogido en el Real Decreto 212/2022 de 22 de febrero, por el que se regulan las emisiones sonoras en el entorno debidas a determinadas máquinas de uso al aire libre. Concretamente se rigen por la norma ISO 3744:1995.
A pesar de esta regulación, son muchos los ciudadanos que consideran que el uso de estos aparatos deberían estar prohibidos a determinadas horas y en épocas del año como el verano. Las quejas no solo son por el ruido que generan, sino también por el olor a gasolina que dejan en las calles, los humos que expulsan y el polvo que genera su uso.
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica recomienda a los ayuntamientos que cambien estas sopladoras por máquinas barredoras-aspiradoras, con efectos menos nocivos para los vecinos.