Los municipios de Las Rozas, Majadahonda y Pozuelo han demostrado como solidaridad y cooperación pueden ir de la mano. Las Rozas, junto a sus vecinas Pozuelo y Majadahonda, aportará su granito de arena en la labor de ofrecer alojamiento a los refugiados que aterrizan en la capital mediante la cesión de 20 viviendas, gracias al acuerdo que han firmado con el Ayuntamiento de Madrid en el Palacio de Cibeles. La reunión ha contado con la participación del mandatario madrileño, José Luis Martínez-Almeida; el alcalde de Las Rozas, José de la Uz; el alcalde de Majadahonda, José Luis Álvarez Ustarroz; y la alcaldesa de Pozuelo, Susana Pérez Quislant.
Acuerdo colaborativo
En virtud de los convenios suscritos se cubrirán necesidades básicas de las personas solicitantes de asilo y refugio. Para ello, los citados ayuntamientos cederán un techo sobre el que cobijarse; diez en Majadahonda, nueve en Pozuelo y una en Las Rozas. A tenor de lo descrito, el alcalde de Madrid ha asegurado que la entrada de los refugiados será “inmediata”. Según ha explicado el primer edil, esta colaboración entre administraciones permitirá que “los refugiados no tengan que dormir al raso en Madrid durante la Navidad” y “demostrar a Pedro Sánchez que hay instrumentos para colaborar entre administraciones".
Esta colaboración permitirá que los refugiados no tengan que dormir al raso en Madrid durante la Navidad y demostrar a Sánchez que hay instrumentos para colaborar entre administraciones
Dardos envenenados
El líder del Ejecutivo local madrileño establecía precisamente la diana en la figura del presidente del Gobierno central en funciones, Pedro Sánchez, por permanecer, a su entender, “indiferente e insensible” ante la situación de los refugiados en Madrid y la “emergencia monetaria” que afronta la capital. Y en este mismo sentido incidía, aunque el ayuntamiento no tiene competencia, “sí ejerce la responsabilidad”.
Concluía su ‘speech’ cuestionando si el Equipo de Gobierno de Sánchez tiene “un rasgo de humanidad ante esta situación”. "Me parece asombroso que no les duela ver a los refugiados pasando las noches al raso en cualquier ciudad de España, y especialmente en Madrid", se desfogaba el regidor.