La presencia del nipón, sumada a la confirmación de Arnáiz y Palencia, dieron forma al once que se supone más habitual de Garitano. El talaverano llevó a cabo la primera ocasión en la que se respiró peligro para el titular del campo. Un error defensivo que recogió para dirigir el balón con el ángulo necesario al palo largo del guardameta: el balón se fue a la izquierda del portero vallisoletano Roberto. Habían pasado 20 minutos.
En el mejor momento del Leganés, el Valladolid dejaba en evidencia otra vez la fortaleza defensiva de los pepineros. Un centro desde la izquierda permitía rematar, prácticamente sin la más mínima oposición, a Sergio León de cabeza en el área pequeña. A pesar de la potencia del Lega y sus buenos ánimos, los de Pacheta se pusieron por delante en el 25.
El Lega debía presionar mucho y lo intentó. Tenía la obligación, también, de dibujar una segunda parte con el mayor ritmo posible y lo tuvo más complicado. Además, tenía que crear la mayor cantidad posible de ocasiones para sacarle rentabilidad a alguna de ellas. Pacheta refrescó a los suyos con un par de cambios camino del minuto 57. Garitano mantenía la forma. El Lega se convertía en un equipo que da la sensación de estar para dar mucho más de si y que acaba sin saber cómo salir.
El Valladolid dejaba en evidencia la fortaleza defensiva de los pepineros.
Durante la última media hora Garitano intentó buscar soluciones dándole entrada en el campo a Juan Muñoz y Bárcenas. Y cuando el partido empezaba a entrar en los minutos de la desesperación Gaku despertó a todos con un tradicional disparo de los suyos desde fuera del área. El portero vallisoletano metió una mano a ras de suelo para sacar un complicadísimo remate. Faltaban 20 para el final, pero el despertar de los locales podía nacer en ese disparo, pero sin embargo, ahí se quedó.