Hace una semana, el AMPA de la Escuela Infantil La Fortuna denunciaba las condiciones en las que se encontraba el centro. Las imágenes hablaban por sí solas. Tras las lluvias, los charcos se habían convertido en verdaderos embalses en el patio de la escuela, lo que hacía, casi, imposible transitar por allí para los alumnos y alumnas.

Con un irónico “hoy ha salido el sol y nuestr@s hij@s podrían haber disfrutado de su patio, pero sin canoas ha sido imposible” ponían el grito en el cielo ante una situación cada vez más delicada. La falta de drenaje de la instalación nos dejaba unas instantáneas, cuanto menos, impactantes.