En el mundo de la magia, hay ilusionistas que sorprenden con sus trucos y otros que, además, innovan y revolucionan el arte del ilusionismo. Es el caso de Iñaki Martínez, mago de Leganés, que ha visitado los estudios de Televisión Digital de Madrid para contarnos su experiencia en el mundo de la magia y el espectáculo. Recientemente premiado por su ingenio en el mundo del mentalismo, Martínez ha logrado llevar su arte a un nuevo nivel con una creación propia que le ha valido reconocimiento internacional.
El ilusionista fue galardonado con un prestigioso premio otorgado por Penguin Magic, una de las plataformas más influyentes en la comunidad mágica. El reconocimiento le llegó por un ingenioso invento basado en un clásico de la magia: el objeto ligero y pesado, aplicado a una baraja de cartas. "Es un efecto muy antiguo, pero le di una vuelta de tuerca y lo patenté en 2018", explica el mago. El truco consiste en que algunas personas pueden levantar el objeto sin dificultad, mientras que para otras resulta imposible.
La historia de este invento no estuvo exenta de dificultades. A pesar de haberlo patentado, Martínez descubrió que su creación había sido copiada y comercializada en Aliexpress, la conocida página de venta de productos de China. Lejos de resignarse, el mago inició una batalla para defender su trabajo. "Contacté con ellos, les mandé la patente y, tras varios intentos, logré que lo retiraran del mercado", cuenta orgulloso.
Su pasión por la magia nació en la infancia, como la de muchos niños que reciben una caja de trucos. Sin embargo, su verdadero interés despertó a los 20 años, cuando conoció a un mago en Bilbao. Desde entonces, se sumergió en la lectura de libros especializados y en el contacto con la Sociedad Española de Ilusionismo. Su formación fue autodidacta, aunque reconoce que no es el camino más fácil. "Lo hacía todo por mi cuenta, igual que cuando aprendí a tocar la guitarra o el piano", recuerda.
Hoy en día, Iñaki Martínez se dedica a la magia en su tiempo libre, actuando en eventos de todo tipo, desde espectáculos de adultos hasta fiestas infantiles. De hecho, según el mago, los niños son el público más desafiante. "No saben mentir. Si un truco no les gusta, se levantan y se van", afirma con humor.
Uno de los momentos más curiosos de su carrera tuvo lugar en el Palacio de Liria, durante un evento para una familia de alto nivel. "A los dos minutos de empezar, la mitad de los niños ya se habían levantado para irse a jugar a otras actividades", cuenta entre risas. Situaciones como esta le han enseñado a adaptarse a su público y a perfeccionar la manera de mantener la atención.
Su espectáculo combina efectos de mentalismo, magia clásica y un toque de humor. "Si el mago se divierte, el público también", asegura. Y así lo demuestra en cada actuación, donde no solo deja alucinados a los espectadores, sino que también les regala un momento de evasión y alegría. Porque, al fin y al cabo, eso es la verdadera magia.
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