Sin control y sin precaución. Así se habría celebrado la última fiesta acogida por la Cubierta de Leganés, correspondiente al festejo de Año Nuevo. Según adelanta El País, Leganés habría sido escenario de un macroencuentro que ha congregado a más de 10.000 jóvenes sin medidas de seguridad frente al COVID-19.
Mascarillas ausentes, alcohol, drogas e irresponsabilidad han sido, según apunta el mismo medio, los ingredientes de un cóctel molotov que solo veremos estallar dentro de unos días, cuando los posibles contagios den la cara con la aparición de síntomas. Mientras tanto, la preocupación aumenta por la irresponsabilidad que algunos parecen demostrar en medio de una pandemia como la que nos asola desde principios de 2020.
Han pasado casi dos años desde que el coronavirus comenzó a formar parte de nuestras vidas y, aún, parece existir un amplio sector de la población que prefiere cerrar los ojos y negar su existencia. Así lo describe la misma fuente, personificando los casos en asistentes a la fiesta de la Cubierta que, en sus propias palabras, reniegan de la vacuna o, aunque la tengan administrada, consideran innecesario el uso de mecanismos de protección como la mascarilla.
Mascarillas ausentes, alcohol, drogas e irresponsabilidad han sido, según apunta el mismo medio, los ingredientes de un cóctel molotov
Así, la Cubierta de Leganés ha hecho que el municipio madrileño se convierta en noticia ya en la primera semana de 2022, pero no precisamente por su bien hacer. Algunos sectores del municipio ya advertían y pedían al consistorio leganense que tomase cartas en el asunto y cancelase la macrofiesta que iba a tener lugar en la Cubierta. Por supuesto, las redes sociales han sido el nicho que ha acogido las mayores quejas respecto a la celebración del evento, como ha sido el caso de la Agrupación de familiares de Residencias privadas y concertadas de Leganés.
La discrepancia entre competencias habría provocado un vacío que la Cubierta ha aprovechado para celebrar su fiesta. Según las normas de la Comunidad de Madrid, este evento "no es ilegal" y "no necesita autorización especial", debido a que la región no tiene interpuestos, en estos momentos, restricciones de aforo en los locales de ocio nocturno. Mientras tanto, el Ayuntamiento de Leganés echaba balones fuera y se excusaba en una falta de poder para impedir el evento.
Después de su celebración, el consistorio no se ha pronunciado (este medio ha solicitado declaraciones). Lo único que el Ejecutivo local manifestó lo hizo el pasado 30 de diciembre a través de su cuenta de Twitter, donde explicaba que no estaba en sus competencias suspender el macroevento. El ayuntamiento "no puede suspender o impedir la celebración de la Fiesta programada en la plaza de toros La Cubierta", decían, "ya que este espacio tiene todas las licencias en regla". Dejaban la responsabilidad sobre los hombros del Gobierno de Díaz Ayuso. "Solo la @ComunidadMadrid podría aplicar medidas atendiendo a la excepcional situación sanitaria". El resultado: una macrofiesta de miles de personas en plena pandemia con unas consecuencias que, por ahora, se desconocen.