El Gobierno en minoría del PSOE y de Ciudadanos que lidera Santiago Llorente se fue a las vacaciones de Semana Santa con un agrio sabor de boca. En el pleno del pasado 30 de marzo, toda la Oposición sumó sus votos para “dejar sobre la mesa” y, por lo tanto, en pausa, el potente plan de inversiones que se había presentado y que incluía la puesta en marcha de 10 grandes proyectos con una inversión total de alrededor de 33 millones de euros. Todo fue posible gracias a una propuesta de Unión por Leganés (ULEG).
Para ejecutar este plan se necesitaba que el Pleno municipal aprobara una modificación presupuestaria de 25 millones de euros que es lo que quedó sin solventarse. Las razones que esgrimieron los distintos grupos políticos fueron variadas pero el resultado fue demoledor para el Ejecutivo Local. Con las elecciones a la vuelta de la esquina, ya no hay más plenos ordinarios pendientes y si Llorente quiere seguir adelante con su proyecto tendrá que convencer a algún partido de la Oposición y convocar un Pleno Extraordinario para conseguir aprobarlo.
La sorpresa fue el voto del concejal de Leganemos, Fran Muñoz, con el resto de partidos de la oposición. Aunque sus argumentos para apoyar la propuesta de ULEG fueron diferentes a los de las otras formaciones. El partido de la izquierda leganense se mostró muy crítico con la manera de proceder del alcalde y su falta de diálogo para acordar “los proyectos que la ciudad necesita y que deben financiarse con ese superávit”.
Y exigen al Gobierno de Llorente “sentarse a negociar para lograr la puesta en marcha de estos y otros proyectos necesarios y que son sistemáticamente olvidados por el equipo de Gobierno”.
El Partido Popular negoció hasta última hora con el PSOE para sumarse al acuerdo. De hecho, los de Recuenco consiguieron que se retiraran tres proyectos con los que no estaban de acuerdo (Castillo infantil en Arroyo Culebro, otro en Vereda de los Estudiantes y colocar bordillos iluminados en las rotondas). También pedían incluir en los proyectos la reconstrucción de la piscina de Solagua, algo que, a juicio del PSOE, no se podía hacer porque no existe proyecto de obra. Los populares, también criticaron el tinte electoralista de todo el proyecto.
Por su parte, ULEG consideraba que estas grandes inversiones “hipotecan a las corporaciones venideras” y por ello defendieron que fuese el nuevo Gobierno salido de las urnas el próximo 2 de mayo el que afronte en qué se gaste el superávit pendiente.
Para la portavoz de Vox, Beatriz Tejero, lo que llevó el equipo de Gobierno local no era más que “un cambalache de obras” y pidió “respeto para los vecinos”.
La presidenta de la Asociación de Vecinos de Zarzaquemada, Mª Carmen Morillas, lamentó la postura de los políticos locales
Los vecinos protestan por la falta de acuerdo
La presidenta de la Asociación de Vecinos de Zarzaquemada, Mª Carmen Morillas, lamentó la postura de los políticos locales y cómo sus confrontaciones afectan a los vecinos que pierden la posibilidad de que se mejoren sus barrios. En este sentido, Morillas dijo en una entrevista en Televisión Digital de Madrid que “las necesidades de los vecinos y sus derechos no entienden de campañas electorales”. Así explicó que su asociación había llegado a acuerdos con el concejal de Urbanismo para incluir mejoras en sus calles, pero vieron con sorpresa como los partidos de la Oposición en Leganés, con su voto en contra, tumbaron estos proyectos.
La FAPA Francisco Giner de los Ríos también ha criticado que se haya desestimado la propuesta de climatización de las escuelas infantiles de gestión municipal, proyecto que estaba incluido también en esas inversiones con el superávit.
Para los representantes de los padres y madres de Alumnos es “incomprensible que un proyecto que todos los partidos veían necesario, no haya sido votado de manera favorable”.