En el Día Mundial del Medioambiente conviene recordar que Leganés, como el resto de ciudades de nuestro entorno, está sufriendo los efectos derivados del cambio climático. Los episodios de calor extremo, lluvias torrenciales u olas de frio son eventos que aumentan la mortalidad o la morbilidad y son causantes de pérdidas económicas y materiales.
Leganés es una ciudad vulnerable al cambio climático. La actividad humana en la Comunidad de Madrid ha concentrado su epicentro en las ciudades periféricas de la capital, especialmente en el sur, ocupando estas un papel predominante en el reparto y la alta densidad poblacional sobre el territorio. Sin embargo, esta densidad de población lleva asociada un alto coste al enfrentarse a una creciente vulnerabilidad frente al cambio climático.
Olas de calor más duraderas y con mayor frecuencia. Los episodios de altas temperaturas van cada vez más en aumento, constituyendo el principal factor que hace menos habitables nuestras ciudades. El denominado efecto isla de calor, derivado de la deficiente planificación y gestión del espacio público, no hace más que agravar el problema generando que muchas ciudades como la nuestra experimenten aumentos de temperatura considerablemente anormales. En este sentido hemos de considerar que grupos de población vulnerable como las personas mayores, la infancia, pacientes con enfermedades crónicas y los hogares de bajos ingresos, sufren con mayor virulencia las consecuencias de estas olas de calor.
Ante la inacción de los Gobiernos negacionistas del Partido Popular de Ayuso y Recuenco, Más Madrid Leganés presenta una propuesta para la creación de una red de refugios climáticos adaptada desde la ingeniería y la arquitectura, mediante soluciones basadas en la naturaleza, que pretenden combatir el efecto isla de calor desde nuevos diseños urbanos.
Los refugios climáticos no dejan de ser espacios en edificios públicos o en exteriores y pueden ser utilizados por la ciudadanía en general para combatir los efectos adversos de la crisis climática, ofreciendo confortabilidad térmica en olas de calor y olas de frío.
Ya hay grandes ciudades, como Barcelona, que han puesto en marcha redes que incluyen parques y plazas con mucho arbolado y sombreadas, hasta otro tipo de edificios públicos como, por ejemplo, bibliotecas, centros cívicos, museos o escuelas, entre otros.
La propuesta adaptada para Leganés se puede consultar en el siguiente enlace y tendría un coste aproximado de 40 mil euros. Dentro de esta inversión se encontrarían tres nuevas fuentes de agua, 40 bancos ergonómicos, elaboración y diseño de web con mapa de la Red, folletos y posters divulgativos. Cualquier Ayuntamiento podría llevar a cabo estas acciones de manera rápida y sencilla.