Las garrapatas campan a sus anchas en las zonas de Solagua y Poza del Agua, en Leganés. Los afectados no solo son los perros, sino también las personas. Un vecino, atendido en urgencias con el brazo hinchado después de una picadura, el cuello de un niño salvado en el último momento o decenas de perros llenos de ellas, son algunos de los casos que leganenses han relatado a este periódico.
La voz de alarma ante una posible plaga de garrapatas ya se dio hace meses. Unión por Leganés (ULEG), el 20 de mayo, presentó un ruego en el Pleno Municipal donde denunciaba el caso y acercaba las quejas de los vecinos. Sin embargo, casi un mes después, estos continúan contando en decenas a los arácnidos.
Verónica explica a Soyde que mientras paseaba con su hijo, se fijó en que una garrapata se había enganchado al cuello de su hijo. Por suerte, la quitaron antes de que le picase. “Hemos llegado a contar hasta a 40 garrapatas en la misma calle”, señala.
Una mordedura de garrapata puede afectar seriamente a la salud.
La concejala de ULEG, Mercedes Neria, insiste en que “hay que cuidar más nuestras zonas de pasto porque llega el verano y siempre hay algún peligro”. Desde el Ayuntamiento, aseguran que se han estado llevando a cabo trabajos de desbroce, para retirar la maleza de las parcelas sin construir donde se podrían concentrar las garrapatas, aunque el Servicio de Control de Plagas que mandó la Delegación de Medioambiente a las zonas afectadas determinase que no hay existencia de ninguna plaga. “El número de garrapatas que puede haber entra dentro de lo normal”, afirman a Soyde, fuentes del consistorio.
Sin embargo, la realidad parece otra. Continúa habiendo zonas sin desbrozar y este miércoles, un vecino tuvo que acudir al Hospital Severo Ochoa para que le atendiesen, después de que una picadura de garrapata le provocase una inflamación en el brazo.
“El problema de las garrapatas está sobre todo en la calle Aragón, que sigue sin desbrozarse”, apunta Verónica. El presidente de la Asociación de Vecinos de Solagua y Poza del Agua, Javier Cisneros, coincide con Verónica. “La hierba sigue igual. Sí que se ha estado desbrozando, pero el 80% de las parcelas que quedan están sin cortar. Hay trozos en la que la maleza mide dos metros”, explica Cisneros a Soyde, quien reconoce que ya no pasea a su perro por esas zonas porque no se atreve a pasar. “Da miedo”, afirma.
Cisneros asegura que avisaron al Ayuntamiento en una junta con Medioambiente, que se celebró en febrero, de la situación en la que se encontraba el barrio. “Nos dijeron que lo mirarían y no nos preocupásemos. La junta fue en febrero y ahora esto sigue como el Amazonas”, lamenta.
ULEG, por su parte, continúa insistiendo para reclamar una solución ante la aparente plaga de garrapatas. La concejala del partido, Mercedes Neria, ha pedido “por favor que se llevara a cabo un desbroce en las zonas que estaban en eso barrios con un pasto muy alto".
“El tema puede llegar a ser serio y grave, porque una mordedura de una garrapata es algo que puede afectar seriamente a la salud si no se coge a tiempo”, advierte la concejala mientras reclama más medidas puesto que el problema persiste, ya que los desbroces efectuados "no han sido los suficientes" .
Neria insta al Ayuntamiento a que vuelvan a "tomar cartas en el asunto porque me pareció una respuesta inadecuada poner en duda las palabras de los vecinos”.