Estas últimas semanas, la política local se ha visto eclipsada por la política regional o nacional. Lamentablemente, en los últimos meses, la guerra y el cambio climático han llenado las portadas de los periódicos y sitios web. Una noticia que se podía haber pasado desapercibida era que a principios del mes de marzo un pequeño partido supuestamente de la izquierda en Leganés ha puesto en alquiler su sede. Este gesto simbólico podría representar el final de un ciclo político que coincide con el final del populismo tanto de izquierda como de derecha. Un ciclo que termina en tiempos de pandemia internacional y la posibilidad de una guerra nuclear.
Después de la crisis financiera de 2008, quedó claro que ya no vivimos en lo que muchos/as podrían llamar los largos años 90. Una época a menudo recordada como una época de estabilidad, pero en realidad fue una época de logros sociales como los derechos de las personas racializadas, las personas con diversidad funcional, las personas con diferentes orientaciones sexuales y géneros, … Sin embargo, muchas personas sucumben a lo que llamamos 'mentalidad empresarial'. Esta forma de pensar pone el mercado por encima de la política. Luego, cuando se recortan nuestros salarios, se recortan los derechos sociales y se reduce la inversión, se nos dice que 'así son las cosas' y que no se puede hacer nada. Cuestionar nuestro sistema o incluso decir la palabra 'capitalismo' hace que te vean como si fueras un radical perdido hace mucho tiempo en Corea del Norte. Afortunadamente ese tiempo ha terminado. ahora luchamos por mantener los derechos que hemos conquistado, y ya hemos iniciado el largo proceso de recuperar los derechos laborales y los servicios públicos.
Si bien los liberales en lo económico no van a estar de acuerdo y la ultraderecha nos acusará de arruinar la economía, la distribución de la riqueza en forma de mejores salarios y contratos, mejores servicios, topes máximos en los precios de la energía y empresas públicas, son la única forma de garantizar el futuro. No será fácil de conseguir. Lo llamamos lucha de clases por algo. No será fácil apartar al PSOE del poder y que gobierne la izquierda, tampoco seguir defendiendo que queremos la UE de los pueblos (y no la de los mercaderes), pero es por lo que trabajamos, tanto a nivel nacional como a nivel local en Leganés.
La mayoría de los populistas (como este pequeño partido local que cierra su sede) pueden dar mensajes que calen, pueden sonar bien a la gente trabajadora, pero es muy difícil que puedan lograr la transformación social y el cambio que necesita Leganés. Es difícil que puedan cambiar el día a día, por la forma en la que intervienen políticamente.
Sabemos de sobra, porque lo vemos cada día, que los servicios municipales como las piscinas, escuelas infantiles o recogida de basuras no se solucionan privatizándolas y delegando su gestión a empresas privadas. Los políticos se eligen para mejorar y gestionar lo público, no para ser intermediarios con empresas privadas en las que a veces tienen intereses, aunque a veces sea complicado demostrarlo.
El PSOE local lleva años privatizando servicios. Ciudadanos sigue apoyando estas privatizaciones y mientras estuvo en el gobierno Leganemos también lo hizo. Otros partidos de derechas critican continuamente al gobierno por su gestión en una competición de ver quién llega primero a la prensa. Pero sabemos de sobra que sus propuestas no cambiarían nada, si acaso a peor. Solo desde la izquierda transformadora seremos capaces de municipalizar y mejorar los servicios, porque somos los únicos que creemos en ello. Para eso necesitamos acumular fuerzas y escuchar a la gente que vive en Leganés.
Por eso hemos propuesto un frente amplio de la izquierda transformadora y hemos iniciado este proceso de escucha activa. Queremos construir un espacio en Leganés que pueda mejorar las condiciones de vida de quienes vivimos en Leganés. Literalmente. Pensamos que ha llegado un nuevo ciclo y que no hay sitio para los egos, las marcas, el populismo y la política de Twitter. Es hora de luchar por nuestros derechos y recuperar tanto los servicios municipales como los equipamientos que necesitamos en los barrios. Sólo el pueblo salva al pueblo. Únete a nosotras, somos el Leganés que lucha.