Improvisación y despropósito, son dos de los calificativos del partido local Unión por Leganés-ULEG hacia la gestión municipal del gobierno socialista de Leganés. En ULEG destapa "otro episodio más de la pésima y costosa gestión del ejecutivo que dirige Santiago Llorente: la última parece más una historia de Penélope, esposa de Ulises, que en la mitología griega deshacía por la noche lo que tejía durante el día. Así, lo absurdo se materializa en que mientras se licitan la adquisición, modernización y cambio calderas de gasoil a gas natural en tres centros, resulta que uno de ellos es el antiguo colegio Azorín que está próximo a ser derrumbado para volver a reconstruirse (ya se están recogiendo ofertas de demolición)."
Según el portavoz de Unión por Leganés – ULEG, Carlos Delgado: “es como si en la Delegación de Obras la mano derecha no supiera lo que hace la mano izquierda, o tal vez sea peor y es que no haya nadie que coordine nada”. Según afirman desde la formación vecinal, los proyectos de cambio de calderas como la demolición del Azorín se aprobaron prácticamente a la vez, en el mes de abril. “Pareciera que lo único que preocupa es sacar determinados contratos olvidando los que llevan caducados más de un año, no actuando sobre los problemas endémicos del Consistorio como son la falta de personal, la limpieza o el control de las contratas, entre otros”.
"Pareciera que lo único que preocupa es sacar determinados contratos olvidando los que llevan caducados más de un año."
"Si hace un par de días en el BOCM se demostró la inoperancia del gobierno del “socialista” Llorente que hizo perder a Leganés 300.000 euros de una subvención para educación por solicitarla fuera de plazo, en ULEG alertan de que podríamos estar ante una situación análoga con el caso del cambio de caldera del Azorín. Está financiado con fondos europeos FEDER y no pudiera instalarse porque el edificio se encontrara derruido cambiar el proyecto es casi imposible, porque el pliego no admite ni modificaciones ni variantes. Y es que la falta de coordinación y de talento conlleva imprevisión. Miedo nos dan los famosos ‘apañitos’ y ‘cambalaches’ del alcalde y el edil de Obras, suelen salirnos bastante caros”.
Por último y una vez más, en ULEG señalan qué retrasado está el Ayuntamiento de Leganés en temas de sostenibilidad. La transición de gasoil a gas natural era común hace 15 o 20 años. Actualmente, existen otras tecnologías en climatización más eficientes, basados en el autoconsumo, sobre todo cuando hablamos de un edificio totalmente nuevo en el caso del antiguo colegio Azorín, donde lo lógico sería invertir en aerotermia o bombas de calor combinados con paneles solares, por ejemplo. “Esto demuestra la falta de ambición o desinterés en este y otros tantos proyectos. Otro motivo más, y ya van millones, para justificar un gobierno alternativo que rescate Leganés”.